sábado. 20.04.2024

No termino de entender por qué no permite el PP que el PSOE se estrelle con sus medidas “electorales” y deja de dar vueltas a las bajadas de impuestos, al parecer “nada electoralistas”. Queda menos de un año para unos nuevos comicios de los que saldrá un nuevo gobierno de España y a partir de ahora cualquier medida que se adopte, obra que se ejecute, iniciativa que arranque, será considerada por la oposición como un “lavado de cara” del gobierno de turno para tratar de atesorar votos. Eso se entiende. Lo que no termino de comprender del discurso de los populares es cómo pueden considerar electoralistas iniciativas que entienden son un fracaso, agravan la situación de los ciudadanos o aún más “no benefician a ningún español” como ha llegado a decir Vox. Digo yo que si PSOE y Unidas Podemos lo están haciendo todo tan mal, se están “llenando los bolsillos” mientras la población cada día está peor, eso es lo mejor que le puede pasar a la oposición para tratar de ganar las próximas citas electorales.

Así que esa contrariedad en el discurso me lleva a pensar que en las filas del PP son conscientes de que la gratuidad del transporte, la subida de las pensiones o el sueldo a los funcionarios, el incremento del gasto en educación, sanidad o dependencia son asuntos que afectan a mucha gente y que van a ser muy bien recibidos.

Los Presupuestos Generales del Estado ya han pasado su primer trámite: poner de acuerdo a PSOE y Unidas Podemos, a su vez un conglomerado de siglas a las que les gusta airear las diferencias incluso en aquellos asuntos sobre los que terminan por votar a favor. A buena parte de los socios del Gobierno dice “sonarle” bien el contenido del documento así que todo apunta a que saldrán adelante, lo que empieza a reforzar la figura de Pedro Sánchez que ha conseguido recuperar buena parte del espacio internacional, del que tan poco se preocupó su antecesor Mariano Rajoy, no sólo por una mayor presencia sino también por la mejor consideración que se tiene en Bruselas a las propuestas españolas, como la excepción ibérica.

El PP debería replantear su estrategia si quiere plantar cara a un PSOE que no parece estar en horas bajas, ya que el efecto Feijóo parece haber tocado techo y el margen de un Vox estancado y un Ciudadanos desaparecido no le da para mucho más.

Medidas electoralistas
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