jueves. 25.04.2024

Incuestionable. Estas elecciones tienen un claro ganador. Es más tienen un único ganador que no precisamente a un partido ganador. Las elecciones al Parlamento Andaluz del 19J las ha ganado por goleada Juanma Moreno. El presidente de la Junta de Andalucía, que lo seguirá siendo a partir de ahora sin muletillas de ningún tipo, ha conseguido revertir el voto en Andalucía y casi duplicar el número de escaños del segundo partido en representación, el PSOE. No sólo gana las elecciones sino que consigue una mayoría absoluta en unos tiempos en los que la abundancia de siglas que compiten por tener representación dispersa el voto. Sin embargo, que le quede muy claro a la dirección del PP: ha sido la estrategia de Moreno Bonilla, con su negativa a ‘representar’ al partido e incluso a apoyarse en sus barones y líder nacional, la que le ha dado la fuerza e incluso el apoyo de ciudadanos que antes han votado a partidos de izquierdas y que han visto en su persona una salida para evitar un gobierno de coalición con Vox. Por eso mismo, Vox tampoco gana nada, aunque sume dos parlamentarios más, porque ni cumple expectativas ni se le quiere en el gobierno. Los andaluces han sido hábiles y se han evitado tener que regresar de nuevo a las urnas o tragarse las infumables políticas con las que amenazaba la extrema derecha.

Juanma Moreno ha ganado también porque los ciudadanos han comprado su discurso.  No así el de Juan Espadas y el PSOE que llamaban a la movilización, -a pesar de la anecdótica mejora de menos de dos puntos de participación, que ya era baja de por si en los últimos comicios autonómicos-. Pero para movilizar hay que movilizarse antes dentro de tus propias filas, creerte y estar ilusionado porque sin estar contento dentro es muy difícil salir afuera a buscar votos que te apoyen. Así que los socialistas deben hacérselo mirar. Está claro que la unidad interior no existe, que el desencanto les embarga y deberán buscar la motivación para emprender un rumbo radicalmente opuesto a la deriva por la que discurren. Les toca reinventarse porque de lo contrario podemos dar por muerto cualquier proyecto por la izquierda. Ésta o la lidera el PSOE o no existe. Por Andalucía, la suma de no se sabe cuantas diminutas formaciones, y Adelante Andalucía, un nuevo proyecto con tintes andalucistas pero que nace del ‘rechazo’ de esa parte a la izquierda socialista, no llegan ni a la mitad de los representantes que consiguieron en la anterior legislatura. Es imposible confiar en un revuelto de siglas, más les valdría trabajar en un proyecto nuevo cuyo programa recoja el mayor consenso posible porque en la calle no se entienden tantos matices que ni los propios líderes de cada formación son capaces de discernir. La gente entiende que les separan más los personalismos que las cuestiones de fondo.

De Ciudadanos poco diré porque tampoco es cuestión de echar más leña al fuego. Pero ya que Juan Marín no entiende que es lo que ha hecho tan mal para un castigo tan duro, habrá que explicarle que tanto se ha identificado con el PP que en la calle no se entiende votar a un sucedáneo si puedes aupar al auténtico.

Juanma Moreno se ha trabajado mucho esta campaña, no así otros que siempre andan tarde y les faltan días para remontar los indicadores adversos. En el último año, el presidente de la Junta ha estado trasladando sus consejos de gobierno a las distintas provincias para soltar toda su propaganda sobre lo hecho en la legislatura. Ha obviado aquello que no sumaba y se ha plantado en aquello que entendía le beneficiaba y nadie de la oposición, ni de su partido, ha conseguido sacarle del marco en el que decidió moverse. Que tomen nota los perdedores y más vale que empiecen a trabajar desde ya porque la remontada no va a ser nada fácil.

Juanma Moreno, único ganador
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