No sé si la convención que el PP ha organizado con ‘tanto esmero’ va a salir tan bien como la dirección espera. En principio, el objetivo de sus dirigentes es presentar un partido unido y cerrando filas en torno a su presidente y el supuesto proyecto que tiene para España, Pablo Casado. Pero éste, se ve cada vez más empequeñecido, no sólo porque tiene que disculpar ausencias, como la de Isabel Díaz Ayuso de viaje por las Américas aunque llegará a tiempo para dejarse ver en el último momento, sino porque invitados ‘estelares’ como el ex presidente, desbancado del Gobierno por una moción de censura de quien ahora dirige el país, Mariano Rajoy, se ha presentado ante el público dándole consejos de qué y cómo hacer.
No deja de ser una ironía que quien propició la gran fisura del partido que ha supuesto el nacimiento de Vox, engrandeció las distancias entre España y Cataluña, recortó derechos con medidas como la ley mordaza y empobreció los bolsillos de todos con esa idea suya de trabajar más por menos, -ahora ser mileurista, algo que desdeñábamos hace ya unos años, es casi un privilegio-, le diga a Pablo Casado como va a tener que hacer las cosas y además le adelante que lo que debe hacer no va a gustar a la gente. Vamos muy en su línea de gobernar no se sabe para que sistema pero desde luego no para los ciudadanos de a pie.
Otro consejo le ha venido del expresidente del Consejo Europeo y de Polonia, Donald Tusk que le ha hablado de restaurar la confianza de los ciudadanos mediante la política entendida como el arte de resolver los problemas frente al populismo que se apoya en "el caos" y "el conflicto”, aunque tal vez debería saber el polaco que Pablo Casado abusa en demasía del conflicto, es más, a falta de programa su discurso se apoya más en presentarse como la antítesis del gobierno con quien acercar posturas es poco menos que un imposible.
Y como guinda, también ha invitado al ex presidente francés, Nicolas Sarkozy, que para mayor desgracia del PP, se acaba de conocer que ha sido condenado a un año de cárcel por financiación ilegal de su campaña electoral a la Presidencia en 2012, es decir, algo que ha estado a la orden del día en las filas del partido de Casado y con lo que quiere romper, aunque no está teniendo mucho éxito en buscar distanciamiento con la corrupción.
De todas formas esto no queda aquí, la Convención popular promete porque aún deben desfilar importantes figuras del partido como José María Aznar o la ya mencionada presidenta de la Comunidad de Madrid. Lo que está por ver es en que lugar quedará Pablo Casado cuando termine la semana.
