jueves. 28.03.2024

El vicio de la informalidad

Ser los mejores no nos garantiza el éxito, Sabemos que las cosas no duran para siempre de la misma manera,  que lo que importa no es solo serlo sino parecerlo a los demás. Si quienes nos rodean nos han colocado la etiqueta de informales, la arrastraremos vayamos donde vayamos y hagamos lo que hagamos.

A lo lago de los años vamos fabricando los personajes y nos convertimos en iconos del equilibrio o imagen del desastre, entre seducciones e imposiciones y caemos en el vicio de la informalidad para dejar de ser nosotros mismos. Debemos decidir sobre nuestras cosas y no dejar que nadie nos presione para manejar nuestras vidas .

Desde nuestras obligaciones y deberes y sin caer en el vicio de la informalidad , hemos de saber como y por donde conducirnos , entre la vanguardia y la retaguardia según el momento.  Debemos pensar que siempre corremos un riesgo y que nada es seguro al cien por cien y debemos poner en una balanza los pros y los contras . Si lo hacemos , casi siempre saldremos ganando.

 La vida en pareja es la historia de los detalles , de las sorpresas, de no ser rehenes de informalidades o querer abarcar demasiado. No podemos dejarnos llevar por la pereza ni ser victimas del cansancio. Afortunadamente  existen segundas oportunidades . Si no fuera así, nuestras historias  serían más cortas y no aprenderíamos de nuestros fracasos , ni tampoco disfrutaríamos plenamente nuestros éxitos. 

 Algunos integrantes de la fauna humana embriagados por el poder o los halagos de los  bufones a sueldo , no avanzan y se quedan estancados contemplándose el ombligo o retroceden refugiándose  en la nostalgia , sin interesarse en descubrir nuevos caminos y abrirse a otras miradas.

Entre de donde venimos y hacia donde vamos , paso a paso hacemos nuestra ruta,  inciertos o seguros, y libramos nuestra propia batalla entre éxitos y fracasos , con aceptaciones de nuestras limitaciones y sin autoengaños en un mundo previsible, en el que domina el vicio de las informalidades.

Vamos aprendiendo a convertir los noes en síes , y sin importarnos demasiado que haya gente dispuestas a copiarnos , porque siempre lo tendremos detrás , aunque quisiéramos que compartieran con nosotros., porque al fin y  a la postre nadie puede renunciar a lo que no tuvo en un falso ejercicio de generosidad.

Superamos el vicio de la informalidad, en un marco de respeto, seguridad y reconocimiento , lejos de las carencias , miserias morales y mediocridades. Cuando abordamos una situación nueva es muy importante nuestra actitud, si no lo intentamos , jamás sabremos  de lo que somos capaces, y si lo hemos logrado. 

Hemos de procurar tomar nuestras propias decisiones y no ser títeres en manos de manipuladores, más allá de los deslices y más acá  de los despistes. Es importante tener la valentía de saber separarnos de nuestros móviles y entrenarnos en mirar a los otros, recuperar el buen humor y abordar la vida con entusiasmo.

Seamos capaces de imaginar sin imágenes, de hablar sin palabras, de movernos estando quietos,  de abrirnos siempre a tiempos mejores , de marcar las diferencias con quienes predican el pensamiento único, de aprovechar todas las posibilidades terapéuticas de hacer aquello que nos apasiona , de no sentir dolores y ansiedades por nuestros errores .

El vicio de la informalidad
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