En medio de tantos miles de afectados, hospitalizados, ingresados en UCI, fallecidos, dados de alta, Estados de alarma, algunos espectáculos bochornosos en los que los que debieran hacer pedagogía con su actitud y comportamiento lo que justamente han hecho todo lo contrario, pasando de la distancia social, de la higiene necesaria y de lo indicado por las autoridades sanitarias,
Aunque hemos de decir que afortunadamente se trata de casos excepcionales de algunos políticos y de profesionales que bajan la guardia y se dejan llevar por impulsos emocionales o se dejan manejar por el listillo de turno que quiere sacar tajada y rédito político de cualquier situación.
Durante todos estos meses nos hemos familiarizado con palabras y expresiones como Gel hidroalcohólico desinfectante, mascarillas, murciélago, pangolín, zoonosis, vacuna, casos asintomáticos, aplanar la curva, crecimiento exponencial.
También hemos oído hablar en las comparecencias diarias de técnicos y políticos de casos confirmados, negativos, cuarentena, contención, mitigación, escalada, eventos cancelados, clases suspendidas, negocios cerrados , letalidad, mortalidad , ventilador, inmunidad , prueba molecular, prueba serológica, desescalada y así hasta completar todo un tratado enciclopédico sobre la mayor pandemia que hemos padecido en el último siglo.
Por eso en estos días, en medio de esta jungla del sufrimiento, de la enfermedad, de penas, padecimientos y dolencias, de tragedias personales y colectivas, escuchar una de las expresiones más bellas que puedan pronunciarse dirigida a alguien, y que son solo dos palabras , TE QUIERO, tienen un gran efecto terapéutico. Es como abrir la vida y la esperanza en medio del drama.
En estos días en muchas partes del mundo mucha gente han perdido a seres queridos sin poder estar a su lado, cogerles la mano, darles un beso o decirles te quiero. Por eso me ha conmovido aún más, la sencilla y maravillosa historia de Mary y Wilford Kepler que llevaban 73 años casados.
Ambos nonagenarios ingresaron en el Froedtert Hospital de la cuidad de Wauwatosa una localidad del Estado de Wisconsin., con COVID 19. Primero murió él, Wilford, y seis horas después lo hizo su mujer Mary. Natalie, hija de ambos y su marido Spencer fueron los últimos en verlos. Según Natalie, pudieron decirse una vez más”te quiero”, ya que el personal del hospital decidió mantener sus camas juntas.
Esta preciosa crónica de amor , probablemente a lo largo del discurrir de la humanidad haya ocurrido muchas veces, pero he querido señalarla en estas líneas de este artículo como homenaje a todos los que han dejado esta vida por las garras de este letal virus pensando en decirles “te quiero” a alguien.
Siempre que tengamos ocasión digámoselo a quienes queremos mirándoles a los ojos , cuando sea posible besándoles , abrazándoles , tocándoles, que sientan toda nuestra fuerza. Hagamos de todos los momentos que nos permita nuestra vida un tiempo de amor.
Poco antes de comenzar este artículo, me he colocado frente a mi compañera a la que amo con toda mi alma, María y le he dicho fuerte y claro “Te quiero”. Por favor, no pierdan ustedes la ocasión de hacerlo con sus parejas, sus padres, sus hermanos, sus amigos y no sientan vergüenza por demostrarlo. Siempre habrá tiempos en los que se nos imponga la distancia, pero jamás nos podrán prohibir decir”TE QUIERO”
