sábado. 20.04.2024

Símbolos y democracia

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar

En noviembre de 2020, se cumplirán 45 años de la muerte del Dictador, Francisco Franco. Durante estas más de cuatro décadas han sido mucho los experimentos vividos en España. Dimos el salto de una dictadura a una democracia, recorrimos con fortaleza esta transición en un proceso que ha sido emblemático para muchos países:

Aprobamos la actual Constitución Española en 1978, nos convertimos en una Monarquía Parlamentaria, padecimos un golpe de Estado en 1981, la izquierda socialdemócrata ganó ampliamente las Elecciones en 1982, entramos  en la UNIÓN  EUROPEA  y la OTAN en 1986, pusimos las bases del Estado de Bienestar y adoptamos los símbolos propios de  una sociedad democrática, que en muchos derechos fue avanzada en el mundo desarrollado.

Uno de esos símbolos nacionales, como en cualquier otro País democrático ha sido y es la bandera. Resulta penoso y lamentable que una vez más en la historia de España , la derecha vuelva repetir lo de siempre, utilizar las instituciones y los símbolos para ir en contra de los demás, olvidándose que tanto unas como otros son de todos y todas, y nos representan al conjunto de la ciudadanía.

No podemos entender como la derecha y la ultraderecha este convocando a  la gente para que salga bandera en mano a manifestarse en contra de la actuación del Gobierno de España frente a la crisis sanitaria y económica ocasionada por el Coronavirus.

Ni las Instituciones son un juego ni las banderas son símbolos que permitan manifestaciones, de personas incumpliendo las medidas sanitarias, cuando estamos todavía en el Estado de Alarma y en pleno inicio de la recuperación, con el retroceso de contagios y disminución de fallecidos, poniendo en peligro el esfuerzo y el sentido de la responsabilidad de la inmensa mayoría de los españoles y españolas.

Ni las instituciones pueden ser propiedad de nadie ni las banderas un símbolo excluyente, ni un representante político puede incurrir en el error que solo representa a quienes les han votado. Así hemos visto en multitud de ocasiones a la derecha y ultraderecha con bandera en las manifestaciones contra el aborto o  el matrimonio igualitario. Como si solo fuera la bandera de unos contra otros, y no recogiera la pluralidad y la diversidad de todo un pueblo.

De nuevo y utilizando la bandera, se está alimentando una España única, una España Nacional, católica, y frentista   que desde  el Barrio de Salamanca a Sotogrande pasee las mismas  y pida la dimisión de Pedro Sánchez,  está la otra España, que es la inmensa mayoría y que cometeríamos un gran error si nos quisiéramos apropiar de la democracia y todos los avances logrados en nuestro País.

Podemos discrepar, pero desde el respeto a la diferencia y la argumentación, defender nuestras ideas, principios y valores desde la libertad, patriota desde la defensa de los derechos de toda la ciudadanía, los que cotizan  en el IBEX 35, y aquellos otros que han de gestionar el Ingreso Mínimo Vital para obtener algún ingreso y   que constituya una red de protección frente a la exclusión y la pobreza.

Muchos españoles y españolas llevamos tiempo luchando por este nuevo pilar de lucha contra la exclusión que llegará a cerca de un millón de hogares y resulta indignante que muchos de los que salen todas las tardes a lucir la bandera española, con sus palos, en la correa del reloj o pegada a la mascarilla, llaman cínicamente “paguita” a una renta básica, mientras la  vivienda es un motor especulativo creador de rentistas.

 

 

Símbolos y democracia
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