jueves. 25.04.2024

El peligro populista

Vivimos momentos complicados y difíciles en la permanente devaluación de lo político dentro de nuestras democracias. Organizaciones políticas e ideológicas aparentemente distintas y diferentes, se parecen bastante en sus estrategias y actuaciones. 

Aparentan mucho y están vacíos,  refugiados en símbolos y banderas  que no esconden nada, solo consignas de unos dogmas que terminan en un reduccionismo ético, religioso y antropológico y en la posverdad, que sin ser la mentira de siempre , nos presentan los hechos objetivos como menos determinantes que la apelación a la emoción o las creencias .

Con frecuencia oímos hablar de la posverdad incorporada a nuestro lenguaje diario y sobre todo al político, y podemos comprobar cómo se distorsionan deliberadamente y se manipulan creencias y emociones con el fin de influir en la opinión pública.

También hay cosas que nos parecen  nuevas y síntomas de la fiebre populista de este siglo XXI , y que actúan como una pandemia, infectándolo todo, pero que existen desde hace mucho tiempo. Lo que hoy llamamos fake news y que siempre hemos conocido como noticias falsas . Creen ustedes que Eva surgió de  una costilla de Adán o cuantas y cuantas verdades han sido victimas de las múltiples guerras.

Antes además , para que llegarán al último rincón de nuestra  gran casa que es la Tierra, podía pasar un tiempo considerable y primero por transmisión oral y más tarde a través de los medios de comunicación se extendían ,y solo los más poderosos tenían el monopolio de la intoxicación .

Hoy las cosas son muy distintas, ya  que una o dos personas perdidas en cualquier lugar del mundo, pueden inventar lo que les dé la gana y hacer que el bulo circule por las redes hasta el territorio más alejado de nuestra realidad . Además en esta sociedad del aquí y el ahora se estimula la pereza mental, se crean ídolos con los pies de barro.

El populismo intenta crear una atmósfera de confusión entre hechos y opiniones, cuando permanecemos en esta mezcla sin sentido, el totalitarismo tiene muchas posibilidades de triunfar , y nos presentan como un héroe al que resulta ser un villano, y fabrica  un Estado basado en la mentira y el fraude.

Negarse a los cambios y aceptar que hay que conformarse con el Estado de cosas, en las que nosotros solo somos sujetos pasivos que nos resignamos y nos conformamos como estamos, y lo favorable siempre es lo nuestro y lo desfavorable lo de los otros.

Este mundo , es el de lo subjetivo sobre lo objetivo, el de la fragilidad de los medios , la fragmentación , la facilidad de acceso a la información y de publicación. Es una sociedad paradójica , por un desgaste de la autoridad, de la confianza en la veracidad , de una entidad falsamente igualitaria desde la que se cuestionan a los expertos y se detestan a los pedantes, pero se siente una obsesión por obtener el éxito.

Hay quienes quieren fiscalizarlo todo, pero curiosamente no se dejan fiscalizar por nadie, quienes cuentan las cosas desde el espíritu de poseedores de la única verdad o salvadores. Como dice Rorty “Cuida  de la libertad y la verdad se cuidará sola”

En los actuales momentos, ,La Unión Europea   de la que formamos parte tiene alrededor de treinta partidos que podrían clasificarse como populistas , tanto de derechas, la mayoría, como de izquierdas. Aunque las similitudes entre estos partidos parecen significativas , no comparten los mismos esquemas ideológicos y no tienen las mismas exigencias. Algunos son más proclives a la violencia , al racismo o a la idea de una sociedad cerrada.  

El peligro populista
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