sábado. 20.04.2024

Ni piedad ni compasión

Hemos de tener  mucho cuidado en el estado de tensiones y crispaciones en los que vivimos, en la perdida paulatina de humanidad y humanismos, de piedades y compasiones , con los populismos y los reduccionismos. No hay soluciones sencillas a problemas difíciles y complicados, ni podemos reducir la realidad a una posición intelectual que asegura que entidades complejas no forman nada que vaya más allá de la suma de sus partes. 

En demasiadas ocasiones queremos describir el principio de todo y terminamos describiendo el final de la nada. Entre la debilidad y la plenitud especulamos con el futuro, nos ausentamos del presente y vaciamos nuestro pasado. Cuando estamos de buen humor, subimos los peldaños de las escaleras con más ánimo de lo habitual.

A veces da la impresión que existe una confluencia positiva de todos los astros para que brillemos en todo su esplendor. Desde todos los lugares y hacia todos los rincones, debemos reactivarnos para recuperar la sonrisa , para no poner en peligro nuestra dignidad y combatir cualquier tipo de obscenidades e indecencias.

Hay momentos para cambiar las cosas, lo importante es que seamos capaces de hacerlo y nos sintamos bien, desde nuestros origines a nuestros destinos. Sombras y luces, singulares e inquietos, vértigos y estabilidades, arreglos y destrucciones, en definitiva una realidad llena de incógnitas.

Cuando somos muy empáticos, actuamos como una terapia con nosotros mismos y con los demás, y olvidamos los malos momentos , sabiendo convencer a todo el que se cruza en nuestro camino, evitando que los errores se repitan. Tan sencillo como reírnos más y cabrearnos menos.

Sin piedad ni compasión vamos construyendo un nuevo comienzo y concluimos con un final sorprendente, entre acercamientos y enfrentamientos , rompiendo cadenas reales e imaginarias, dándoles voz a los más débiles y palabras a los que no las  tienen.

Los tiempos actuales están llenos de listos que se saltan las listas, para ser los primeros en recoger beneficios materiales y espirituales, si no ahí están los casos de vacunados enchufados o los que están siempre dispuestos a sacrificarse por sus ideas.

Respetemos el camino de cada cual, al igual que nosotros hemos tomado el nuestro. No menospreciemos a nadie para sentirnos más importantes El mundo es complicado, tal vez por eso nos resulta interesante. Nos suceden cosas que son verdaderos descubrimientos y vamos aprendiendo de las experiencias de una manera práctica.

Enfocamos todos desde un punto de vista positivo y todo nos va sobre ruedas, cosechando el cariño de los demás, aunque siempre tenemos obligaciones que atender entre ardientes y congelados, rencores y traiciones, bloqueos y cierres, pliegues y repliegues, incitaciones y excitaciones.

Entre piedades y compasiones vamos escribiendo un taller de realidades y una fábrica de sueños, en los que no son los mismo los ataques que las defensas , los voluntarios que los forzosos, beneficiosos que perniciosos, continuidades que interrupciones.

Vamos haciéndonos preguntas con y sin respuesta , analizamos las ventajas e inconvenientes , en medio de iniciativas y temeridades , viviendo con la nobleza de mirar hacia adelante, y no como escondidos detrás de nosotros mismos.

Tenemos margen de maniobra para lograr  lo que deseamos. Vayamos poco a poco y procurando conseguir el equilibrio entre el ruido de la derrota y el silencio del triunfo.

Ni piedad ni compasión
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