jueves. 25.04.2024

Mentiras y demagogias

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar 

Los mentirosos y los demagogos van de la mano con el mismo propósito, obtener el poder para su beneficio personal.  Lo peor es que son aclamados por las masas como si fueran héroes, por lo que dicen y prometen. No se equivoquen que no me estoy refiriendo al señor Casado, el líder del PP, que en relación a los trabajadores esenciales en la crisis del Coronavirus les promete una paga extra.

Las cosas que estamos viviendo hoy, nos tenemos que preguntar para no engañarnos ni hacernos trampas, cómo y cuando surgieron. Durante los años del Gobierno de don Mariano Rajoy, el verbo de moda era recortar, recortar y recortar,  sobre todo en servicios esenciales como salud y educación.     

Eso ha dejado sus consecuencias en nuestros días, porque aunque nadie podía estar preparado para una situación como ésta, nadie negará que se les hiciera un gran daño a estos servicios en personal y material. Así que esto nos debe servir de enseñanza de cara al futuro para blindar estos servicios desde un Pacto de Estado, para que nadie sienta la tentación de meter las tijeras, gobierne quien gobierne.

Sin mentiras ni demagogias, con la cruel sinceridad que nos da mirarnos al espejo, nos debemos hacer una pregunta tras otra sobre si seremos o no mejor tras esta crisis mundial que nos ha puesto en crisis no solo como individuos sino como humanidad.

Volver a la normalidad nos hará pasear con humildad por los paseos de los agradecimientos y sentarnos en el banco de las disculpas, para no seguir en la contradicción de pedir lo mismo y lo contrario a la vez, como si no nos hubiéramos dado cuenta de lo que nos jugamos. Da la impresión que ni un virus mortal, es capaz de poner de acuerdo a algunos de nuestros políticos que se dicen patriotas y más españoles que nadie.

Nos gustaría que fuéramos capaces de colocarnos las gafas del compromiso con España y tiráramos al cubo de la basura las del egoísmo de pensar solo en nosotros y nuestras opciones partidarias, que todo lo bueno que sucede es porque nosotros somos maravillosos y lo malo que ocurre es porque el otro lo ha provocado. Y es que algunos miembros de la derecha no se han dado cuenta aún de la situación en la que estamos.

Cuando abramos de nuevo las calles, me gustaría que fuéramos capaces de hacerlo también con nuestras cabezas y corazones, y que la comunicación funcionara, que nos diéramos todos cuenta que será la hora de arrimar el hombro  y demostráramos inteligencia colectiva.

Estaremos en la duda de si continuara la pesadilla que nos parecía  haber dejado atrás, y nos encontrábamos con un mundo cerrado, más cruel, injusto y desigual , con una sociedad instalada en el miedo y perdida , que no sabía hacia dónde ir.

 O tal vez despertemos de este mal sueño y nos encontremos de nuevo, sin mentiras ni demagogias, en la misma situación en la que estábamos antes del confinamiento. Que habíamos superado un mal paréntesis de sufrimiento y enfermedad.

Sin embargo volvíamos a ser testigos en la oscuridad, con dureza y amargura, que como dice el presidente del Gobierno  Pedro Sánchez, muchos actores de la política no se daban cuenta en su inconsciencia que “Estábamos ante la gran crisis de nuestras vidas”

Estos torpes sin remedio seguían discutiendo e insultándose, sin percibir que la vuelta a la normalidad democrática es una muestra de lealtad y supervivencia. No se trata de desgastar al adversario, en este caso al Gobierno, aprovechando las circunstancias de debilidad en la que nos encontramos todos. Quiero ser optimista y espero que nuestros políticos darán la talla ¿seremos capaces? ¿Lo Lograremos? Si no, lo lamentaremos todos y le haremos un daño irreparable a nuestro País.

Mentiras y demagogias
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