martes. 23.04.2024

Manías y obsesiones

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar 

Nos miramos al espejo y nos vemos muy normalitos, sin cosas raras ni complejos, pero si profundizamos un poquito nos encontramos con que estamos llenos de manías y obsesiones, aunque no nos lo parezca, y no es que padezcamos un estado anormal de excitación, afecto y nivel energético o un trastorno obsesivo compulsivo, con ideas fijas recurrentes y persistentes que nos generan inquietud, temor ansiedad o aprensión.

Pero no me negarán ustedes que hay gente que habita entre nosotros y que consideramos como normales, y que si nos fijamos con atención, observamos que su autoestima está por encima de cualquier medida y camino de la grandiosidad.

Aunque nos extrañe, son sujetos que están despachados con tres horas de sueño, que se muestran más habladores de lo habitual y hasta el agotamiento, e incluso presionan para seguir una conversación, en  una rueda de pensamientos acelerados.

Están llenos de manías y obsesiones, aunque se nos muestren como muy activos, pero están acelerados en sus movimientos, y se distraen con el vuelo de una mosca o con cuestiones insignificantes, no saben tener términos medios, compran sin medida o te quieren u odian de la misma manera.

Si miramos el panorama político actual hay quienes causan, con su verbo, sus predicciones, sus contradicciones y sus amenazas un miedo irracional, quienes en ese camino son capaces de inventarse lo que sea o tienen como una única y obsesiva finalidad perjudicar al adversario.

Otros se obsesionen por el orden, la limpieza, el transcurrir del tiempo, los derechos de los más débiles el color de su piel, su género, su orientación sexual o simple y llanamente por sus ideas, vemos como se sigue hablando en nuestro País, de rojos y azules. ¡Penoso, inadmisible y lamentable!

Fijémonos bien, y nos  encontraremos con personajes que nos parecen los más seguros, pero están llenos de dudas, y lo comprueban todo de forma reiterada para evitar problemas o catástrofes, la cerradura de la casa, la espita del gas, las ventanas, la luz y otros menesteres.

No se dan cuenta ustedes, queridos lectores, de esos personajes, que están permanentemente a la defensiva, y que lo traducen en actos que en la mayoría de las ocasiones son absurdos, pero si no lo hacen, aumentan su ansiedad.

Por eso estos personajes repletos de manías y obsesiones, necesitan tener todo bajo control, ya que eso les hace sentirse seguros. Lo que peor llevan es la ambigüedad o que haya situaciones o personajes inesperados que les intenten sorprender.

Son gente temerosa, que hacen una montaña de un grano de arena, y que todo el día tienen en la boca sustantivos y adjetivos nocivos y tóxicos, , que magnifican la probabilidad que lo bueno se convierta en malo o que ocurra una catástrofe.

Para completar el cuadro de este tipo de personajes, que en ocasiones son insufribles y en otras resultan inaguantables, está su perfeccionismo, en un camino de ansiedad en la que lo revisan todo, una y otra vez, porque todo ha de ser perfecto.

Llegados a este momento, en el que vamos a poner punto y final a este artículo, un ruego y una pregunta. El primero, no dejen que sus manías y obsesiones les impidan disfrutar y llevar una vida normal, sin miedos, ansiedades y temores. Y una pregunta, el que no se encuentre en alguna medida retratado en estas líneas, que levante la mano, solo es para decirle que no sea mentirosillo.

Manías y obsesiones
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