martes. 23.04.2024

Juego sucio

Para dedicarnos al servicio público debemos ser generosos, por eso tras un tiempo comprometidos con los ciudadanos por el ejercicio de la política , solemos ser mejores personas. Son muchas veces las que nos hemos colocado en el lugar de los otros, las que hemos adoptado la mirada de los demás y estar en condiciones de ayudar a resolver sus problemas.

Por eso los políticos que se encierran en el juego sucio, que son cómplices de la manipuladores y engañiflas, son doctores de la bronca , de la zafiedad y el insulto, y en esa dialéctica sin argumentos solo utilizan las descalificaciones.

 Con sus intervenciones se desnudan ante las gentes que son sus empleadores y votantes, y que deberían merecer todo el respeto, y no tratarlos como si fueran unos paquetes, en lugar de  ciudadanos y ciudadanas con todos sus derechos , y ellos solitos van encapsulándose en un callejón sin salida en los que nadie cree , por sus incumplimientos y sus mentiras.

Nunca encuentran el momento adecuado para admitir que se han equivocado, y que el camino que llevan terminan perjudicando a todo el que trata con ellos, y no encuentran su perfil sino creando conflictos y convirtiendo posibles entendimientos en  patatas calientes que no hay manera de paladear.

En su juego sucio, no maduran jamás porque su comportamiento es egoísta  e indeseable., provocan y bloquean la  gestión de las instituciones y hay que echarse a temblar porque lo que viene es peor , porque son capaces de alimentar las disonancias o montar una guerra donde solo debería haber sitio para la paz.

Son desleales por naturaleza  e incapaces de ser discretos y guardar un secreto,   y no se les puede confiar información sensible ni delicada, porque terminan caminando sin rumbo y abordando los temas más trascendentes de la forma más frívola y banal.

Además del brazo de la calumnia y la mentira acusan a los adversarios de todo aquello de lo que ellos son culpables, como por ejemplo acusar  a los demás de corrupción sin mirarse al espejo o como el caso del PP , en su estrategia del todo vale , desempolva el fantasma de ETA, cuyo fin se produjo hace 11 años , pero  cada vez que huele que las cosas le van a ir mal o un vuelco electoral resucitan a la banda terrorista  , que ya no existe.

Tampoco entendemos los que dicen una cosa y hace  justo la contraria , como es el caso de la extraña relación entre PP y VOX,  que no comparten pancartas , pero si Gobiernos y algunas de sus banderas. Lo peor en estos casos son las cosas que son capaces de aguantar Feijóo y los suyos, con tal de no enfadar demasiado a sus camaradas de la ultraderecha. El mejor ejemplo en la actualidad es Castilla -León, en cuyo Gobierno , el vicepresidente Juan García Gallardo sale a disparate y despropósito  por día.

El juego sucio que es el deporte favorito de muchos miserables de la política constituye un permanente ataque a la democracia, y uno de los escenarios y autopistas que utilizan para  hacer daño y denigrar a los demás son las redes sociales, que son como una caja de resonancia para todas sus barbaridades.

Son oscuros en sus intenciones y nada claros en sus patrimonios, incluso cuando nos enteramos de su procedencia , llegamos a creer en los milagros económicos, ya que vemos posible , como se puede, siendo ahorrador de un sueldo normal tener varias casas de un alto valor dinerario ¿Dónde está el milagro? ¿Cómo pueden ser tan emprendedores? ¿Quizás haya juego sucio?

Juego sucio
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