sábado. 20.04.2024

El pánico de la derecha

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar

Cada vez que la derecha pierde las Elecciones y no está en el poder, de una u otra forma la lía. Comienza a enredar para desestabilizar al Gobierno y crear una atmósfera de crispaciones, tensiones, bulos y falsas noticias para que entre el horror y el miedo, los culpables de todo lo que ocurran sean sus adversarios. En esta ocasión, Pedro Sánchez, y en el relato ellos y ellas se reservan el papel de salvadores.

Desde el primer momento que iniciamos esta crisis, se han dedicado a calentar la escalada y el confinamiento y ahora están en el bombardeo permanente de la desescalada, sin  asumir ninguna responsabilidad del Estado de precariedad al que han llevado los servicios públicos durante sus periodos de Gobierno.

Ahí están las carencias sanitarias, educativas y los grandes problemas en las residencias geriátricas, todo envuelto en procesos de recortes, carencias y privatizaciones. Sin coraje ni firmeza para defender los servicios públicos y con todo el interés puesto en que sus amigos no pierdan en éste proceso ni un solo euro , que no les quepa duda terminaremos pagándolos de nuestros bolsillos.

Además el pánico de las prisas, en pasar de fases, sabiendo que no cumplen la inmensa mayoría de los indicadores técnicos, queriendo bastardear de intenciones políticas las decisiones donde solo hay razones sanitarias y con unas velocidades de unos pocos que pueden echar a perder el trabajo de tantos.

  La derecha española tiene un serio problema democrático, que le lleva a no aceptar de manera natural el resultado de las urnas y como consecuencia no es capaz de llevar a cabo una oposición con racionalidad, ni en tiempos normales y mucho menos en crisis. En cuanto están fuera del gobierno, borran palabras de su vocabulario, entierran la moderación y no son capaces de colocar encima de la mesa una propuesta constructiva, refugiándose en los insultos y descalificaciones.

El PP debería tener mucho cuidado con  lo que dice, porque se puede llevar una  gran sorpresa, ya que de tanto tirar piedras, se pueden encontrar con que a  la respuesta del adversario se encuentran su tejado de vidrio con un gran boquete y destrozado.

Cuando llega el COVID 19 a territorio  español aún no se había dedicado el Estado de alarma y las competencias eran de las Comunidades Autónomas, gobernara quien gobernara. La realidad ha demostrado que nadie puede echar nada en cara a nadie, porque hasta los Países más poderosos les ha cogido con el pie cambiado, véase, Alemania, Francia, China, EEUU, Reino Unido; Rusia e Italia entre otros.

Así las críticas del PP, responsabilizando de todo, fallos aparte, a Pedro Sánchez, es además de construir un relato  de la mentira, un juego peligroso, en el que se coloca quien lo practica en el foco de todos los errores y horrores, desde un acto para conmemorar el cierre del Hospital de Campaña de IFEMA, hasta no ser capaces aún de superar la fase 0, y continuar en una especie de 0,5 hasta promover caceroladas en un acto de irresponsabilidad.

El pánico que promueve la derecha puede salirles muy mal, y ese tiro por la culata, se convierta en un ejercicio de una gran equivocación, por creer que todo puede instrumentalizarse políticamente, y si no es así, hemos de saber medir las fuerzas en cada momento, y no estamos los españoles para ocurrencias ni grasientas, sino para compromisos y soluciones. Tomen nota y no corran detrás de VOX, acabarán cayéndose.

 

El pánico de la derecha
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