miércoles. 07.06.2023

Con diálogos y sin imposiciones

Cualquier hijo de vecino le irrita y repatea que intenten imponerle una idea o que no se dialogue con ellos y se tenga en cuenta su parecer, opinión o postura sobre cualquier aspecto que les afecte. Además vivimos en un País en el que hay mucha gente con vocación de todólogo , y en cualquier tertulia nos encontramos al mejor psicólogo, médico, abogado o experto en criptología.

Con diálogos y sin imposiciones hay actuaciones públicas cuyas causas son claras y transparentes , mientras que existen otras  cuyas decisiones encierran razones ocultas, y una cosa es lo que afirman y repiten alrededor de un café , y otra muy distinta lo que realmente hacen. Al igual que en el espectáculo de las noticias, poner el oído a estas tertulias callejeras, vemos como lo mismo puede ser malo o bueno , según quien lo cuente y las motivaciones que albergue.

Debemos esforzarnos en sentarnos a dialogar sobre las cosas concretas que nos preocupan , y no quedarnos encerrarnos en los dogmas , consignas , abstracciones y amenazas que solo pretenden imponernos un criterio desde el autoritarismo.

Quienes se dedican a gritar o hacernos correr a sus ordenes no son quienes más razones llevan . Subir los decibelios  suele distorsionar los mensajes, las cosas importantes se suelen decir bajito y al oído , respetándonos y rechazando cualquier actitud despótica hacia los demás.

La ausencia de dialogo deja poco espacio para llegar a acuerdos, para conseguir objetivos, para mejorar la sociedad, motivando ciudadanos activos y participativos, abiertos y colaboradores, que sepan escuchar y estén en un continuo proceso de aprendizaje.

Sin dialogo y queriendo imponer nuestro criterio de forma autoritaria  , iremos por impulso dando volantazos a uno y otro lado, nos alejaremos de los problemas de la calle y nos situaremos fuera de la realidad : No seremos capaces de elaborar ninguna historia y demonizaremos a cualquiera que mantenga un criterio distinto al nuestro.

Hablando y sin imperativos que intenten anular nuestra voluntad, estimulamos los valores y la coherencia, y no estamos permanentemente como un objeto de mercado que se compra y se vende. No ponemos jamás en venta nuestra dignidades por un nombramiento  o permanecer atornillados en un puesto en el que estamos evidenciando nuestra incompetencia.

Resulta curioso como algunos profesionales del mundo de la economía y de la política suelen vender y comprar casi de todo en las mesas de diálogo, que lejos de producir acercamientos terminan por  convertir en escenarios de enfrentamientos.

En ese pronosticar e intentar acertar lo que no va a ocurrir, no aciertan una ni de casualidad , y nos venden como seguros, lo que solo es probable en el mejor de los casos, o los que como la gente del espectáculo quieren hacernos creíble el papel que  han de interpretar y están aquellos que nos venden sonrisas y compran broncas.

No faltan en los relatos diarios aquellos que se empeñan en misiones imposibles y polémicas irresolubles o los que en una maniobra mágica , nos quieren vender la gallina de los huevos de oro , y que pretenden que no leamos la letra pequeña  y nos precipitemos en la toma de decisiones. No olvidemos que los caminos que descubren los locos después lo suelen recorrer los cuerdos.

En la literatura y cuando contamos historias locales y personales, hay sentimientos universales como el amor, el odio, la venganza, los celos, los deseos o el ansia de poder para vendernos una realidad o una ficción entre personajes de carne y hueso o la vuelta de los fantasmas.

Con diálogos y sin imposiciones
Comentarios
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad