viernes. 29.03.2024

Despejar nuestra mente

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar

Imagino que como muchos de ustedes en nuestro País, jamás habíamos  vivido una Pandemia  y no conocíamos ni de lejos a Covid 19. No nos lo habían presentado, pero además hubiéramos pecado de mal educados, porque no hubiésemos podido darle ni la mano, no digo ya un beso o un abrazo.

 Así que nadie venga a fabularnos y a contarnos milongas de que ellos ya lo conocían y que tenían una amistad íntima con el puñetero virus, sencillamente porque sería una gran mentira, y  uno más de esos ejemplos de “capitanes a posteriori”, por cierto con mucha mala leche,

No entendemos desde nuestra inocencia, como  si ellos sabían que venían dispuestos a hacernos daño, porque no nos avisaron. Vamos que hay que ser malos e hijos de p….para dejar que el mamón del bichito  infectara a todo el que se pusiera por delante.

Pero de nada vale lamentarnos si no somos capaces de sacar el máximo provecho personal y colectivamente de una situación tan complicada como ésta, en la que se ha demostrado que el aislamiento es la medida más efectiva para mitigar el daño y frenar la curva de contagios.

Todavía nos quedan muchos pasos para llegar a la meta, pero si queremos alcanzar  la misma hemos de llenarnos de positividad, y que nuestro sacrificio no caiga en la negatividad, la desesperación y la depresión .Mirar siempre hacia adelante  y demostrar nuestra inteligencia sabiendo adaptarnos a los cambios.

Hemos de mantener despejados nuestro cuerpo y nuestra mente durante el tiempo de confinamiento. Estamos ya en el tercer periodo  de este Estado de Alarma, en el que podemos decir con fortaleza, que somos de los países afectados,   el que ha tomado medidas más duras.

Ni voy ni es mi pretensión el darles un tratado sobre cómo superar un enclaustramiento de estas características, que no deja de ser una situación muy dura que exige por nuestra parte el mantenimiento de un equilibrio psicosomático, y que depende de cómo se lo plantee cada cual.

En el tiempo que llevo, he podido comprobar, que mantener los hábitos saludables y cuidar nuestro cuerpo son elementos para incorporar a la nueva rutina de casa. Continúo escribiendo como antes de la crisis, unas cuatro horas diarias, de siete a nueva de la mañana y de tres y media a cinco y media o seis  de la tarde.

Os puedo decir que todos los días, a excepción de los domingos, ando dentro de mi domicilio 7 km a los que dedico alrededor de una hora y diez minutos. En el plano de los resultados, he adelgazado cinco kilos, lo que me viene estupendamente.

Cuando termino de andar procuro tomar el sol y el aire una media hora. Y dedico aproximadamente hora y media a leer y escuchar música. Si tuviera que resumir estas actividades junto con una comida sana y saludable, sin nada de alcohol, a excepción del domingo que me tomo una buena copa de vino en el almuerzo. Las cenas son muy ligeras, algo de fruta y yogur desnatado.

Procuro cada día dedicar una hora  para reconectar con los amigos y la familia y fomentar  sentimientos positivos como la bondad y la solidaridad, además de asomarnos cada día mi mujer y yo a uno de las ventanas para aplaudir y dar nuestro homenaje  a todos los que hacen posible, a que pesar de las dificultades, que llevemos una vida digna.

También, sin obsesionaros, introducimos en la agenda un par de horas diarias para estar al día de la información, y algún capítulo breve de una serie interesante o la primera parte de una película de intriga, que son mis preferidas.  No es nada complicado tener una alimentación lo más equilibrada posible, hacer ejercicio, no cargarnos de  estrés adicional, tener nuestros momentos de reflexión y meditación. De leer y escuchar música. En definitiva mantenernos activos, cuidarnos y despejarnos.

 

Despejar nuestra mente
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