martes. 23.04.2024

Concentraciones y distracciones

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar

En mi disciplina diaria de leer y escribir, dedico cinco horas, a ambos menesteres, dos en la mañana de y tres  tras la comida. Combino ambas, pero en el mismo lugar, mi despacho que es como mi refugio o mi paraíso de las letras, donde encuentro las concentraciones y a ratos las distracciones necesarias para lograr el equilibrio creador.

También están las concentraciones de personas que saltan la disciplina en esta fase desescalada y se exponen no solo a sí mismos, sino a los demás. Voy a referirme en este artículo a las primeras, en las que quienes jugamos con las letras, los pinceles  o diferentes materiales para la realización de una obra personal  y única, quede escrita, pintada o esculpida para siempre.

Son muchas las cosas, que por diferentes razones nos pueden distraer, desde quienes son especialistas en interrumpirnos con la mayor de las chorradas hasta las llamadas más inoportunas en los momento  más inadecuados.

En el proceso creativo, la concentración es mucho de entrenamiento, para mantener voluntariamente nuestra atención en aquellas actividades que queremos hacer, y por qué lo queremos hacer. Si nos organizamos bien tendremos muchas cosas por inventar y objetivos por conseguir.

Si además de saber qué queremos hacer, tenemos  un plan de acción que nos debe ayudar a como comenzar y terminar cada cosa que nos propongamos, entonces tendremos la clave para estar concentrados. Eso sí, cada cual  va descubriendo cuáles son sus momentos y sus tiempos ideales. Por  ejemplo en mi caso, mis rutinas me han llevado a escribir en las primeras horas del día y tras la comida, cuando mucha gente aprovecha para echarse una pequeña siesta.

Sería deseable que para encontrar tus tiempos de concentraciones, quienes te conocen lo respetaran y no se dedicaran a freírte y machacarte cada cinco minutos. También hay cosas, que dependen de nuestras decisiones y que es como quitar piedras de nuestro camino en forma de distracciones.

Por ejemplo, porque no probamos sin ningún tipo de complejo ni sentimiento de culpa a desconectarnos del móvil, del correo y de las redes sociales mientras estamos trabajando y colocamos  nuestra pantalla del ordenador completa y en blanco para que nada nos distraiga. ¿Creen ustedes que se pararía el mundo? ¿Podrían prescindir de usted y su valioso concurso en este espectáculo mundial?

No sé si ustedes les ocurrirán, que llega un momento que como cualquier hijo de vecino, se distrae o está cansado. En esos instantes no es ni bueno ni rentable continuar para comprobar nuestro nivel de resistencia .Tal vez, lo más conveniente sea que paremos y por un breve espacio de tiempo carguemos las pilas y hagamos cualquier cosa, incluso el fino deporte de mirar las musarañas.

Normalmente la tarea creativa, en cualquiera de sus aspectos es solitaria y exige de nosotros mucha concentración, por eso no es malo que cuando alcancemos algunos de nuestros objetivos, nos demos alguna recompensa y nos obsequiemos con un pequeño regalo, con algo que nos guste y nos haga disfrutar.

A la mayoría de los creadores, cuando nos concentramos, procuramos eliminar de nuestro entorno, todo aquello que pueda distraernos, anular ruidos que nos molesten y disminuir todo lo que nos pueda interrumpir. También debemos comer de forma equilibrada .SI nos pegamos atracones de comida tendremos sueño, si apenas comemos, el hambre no nos dejará concentrarnos, pero sobre todo procuremos descansar, pensaremos con claridad y nos concentraremos con más facilidad.

 

Concentraciones y distracciones
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