Los sesudos analistas económicos y los avispados tertulianos de los medios de comunicación , no logran entender la aparente contradicción entre haber logrado por parte de este Gobierno situarnos en el lugar más bajo de la inflación de la zona euro con un 6,8 % y el coste promedio de la cesta de la compra sube hasta un 15,4% ,lo que resulta ser el mayor en los últimos 34 años.
Esta subida constante y escandalosa de los precios de los alimentos nos lleva a dos preguntas claves ¿Quién nos está tomando el pelo y está situando el valor de las cosas con precios prohibitivos que les procura a ellos grandes beneficios? Colóquenle ustedes nombres y apellidos , seguro que aciertan .
La segunda pregunta es dura y debe golpear la conciencia de todos , ya que esta disparatada e incontrolable elevación de los precios , hace crecer e incrementar las “colas del hambre” ante la imposibilidad de muchas familias de conseguir adquirir los productos básicos y esenciales y llegar al final de mes con su nómina o pensión.
La situación es más seria y grave de lo que muchos pueden llegar a pensar, y necesita un abordaje rápido y eficaz, que según e stá estudiando el Gobierno de coalición PSOE y UNIDAS PODEMOS , puede ir desde una intervención a un cambio en la fiscalidad pasando por un capítulo de subvenciones.
Cada día, cada hora, cada minuto que pasa vemos subir alimentos esenciales , y más personas que engrosan las huestes de la pobreza, más miles de niños mal alimentados, y sospechamos que quienes más se están beneficiando de estos perjuicios para los ciudadanos y ciudadanas son las grandes empresas distribuidoras.
Y estamos viendo que hay una traslación directísima de beneficios empresariales a quienes nos colocan los alimentos en cada sitio y lugar, que a quienes los producen. Lo cierto es que hemos de evitar que la subida de los precios de los alimentos hayan venido, como sostienen algunos expertos para quedarse al hasta 2025.
Sin embargo, y sin entrar en estadísticas que nos produzcan confusionismo, hay subidas que afectan más que otras. Así los precios de los alimentos básicos o llamados productos de primera necesidad han tenido aumentos en España que en algunos casos, superan el 50% , como es el caso de los aceites.
Está claro que si aumentan los precios de la energía , subirán los costes de producción y distribución , por tanto si bajan los mismos deberían afectar al consumidor y usuario . No existen formulas milagrosas en los mercados , pero debemos confiar que la situación mejore y los productos esenciales vuelvan a sus valores normales más próximos a antes de la pandemia.
Si somos disciplinados y coherentes lograremos que bajen tanto la inflación como la cesta de la compra, y tras largo tiempo agobiados por un ambiente de problemas y escaseces , veremos como somos capaces de salir del hoyo y los problemas que nos preocupaban se van resolviendo.
Hemos de atrevernos a superar riesgos, porque no hacerlo tiene muchos más y la garantía de no superar los obstáculos que nos aparecen en el camino de combatir a quienes quieren aprovechar nuestras debilidades para llenar sus bolsillos.
No podemos ser tan rígidos como para no cambiar nada de nuestros planes ,porque el destino nos los desbarata aunque sea para bien.
