jueves. 25.04.2024

Brebajes y potingues

Morgana , cuyo nombre era de origen gales y que significaba “la que viene de la orilla del mar”, había descubierto un brebaje compuesto de los más increíbles jugos y extractos de plantas extrañas , pero que la hacía sentirse a salvo de cualquier enfermedad o contagio infeccioso.

 Su aspecto era cada vez más, el de una persona más joven y fuerte, además, ayudada de los potingues y cremas más increíbles, a pesar de sus 72 años, no tenía una sola arruga. Cada vez que bebía  aquel brebaje y se embadurnaba con aquellos potingues, sentía que el momento era más mágico.

Era una extraña sensación en la que dejaba atrás ciertos lastres y se sentía liberada. Todo en la vida le parecía color de rosa y dejaba a un lado todo el escepticismo y ese parte oscura que a todos nos asalta en algún momento... Experimentaba que había gente que la necesitaba y precisaba de sus cuidados y mimos, y no intentaba imponer sus caprichos sin razón ni criterio alguno.

Entre brebajes y potingues se consideraba intocable y abría la ventana de las emociones, por la que se escapaban las  impresiones y sentimientos más íntimos. En ocasiones, su corazón y su mente entraban en conflicto, sin saber muy bien quien se llevaría el gato al agua.

Ser generosa  y sincera eran los mayores brebajes y cremas de Morgana, con el amor de su vida, Quinn, nombre de origen celta y cuyo significado es “hombre sabio”. Se sentía inmensamente feliz, viéndole a él sonreír, y no dejaba de atraparle aquel gesto para guardarlo en su corazón.

Entre besos y caricias, mantenían opiniones y conversaciones interesantes. Sus contactos eran provechosos y su buen hacer, alejaba de ellos y su entorno las suspicacias y los celos que no son buenos consejeros . Habían trabajado el amor paso a paso, momento a momento, minuto a minuto, escuchando, explicando y haciendo.

Procuraban sacarle partido a todas las situaciones gratificantes, sin darle excesivas vueltas a las cosas y tomando las decisiones adecuadas. Nunca jamás ponían precio a los gestos de cariño, Eran enemigos del engaño y la hipocresía y desde su ética no concebía que la gente traicionara y vendiera sus valores.

Tenía un especial olfato para saber cuándo las personas necesitaban de ellos, y no veían fantasmas donde no los había. Procuraban relativizar todo y no hacer un drama de cualquier dificultad, aunque sabían que en ocasiones las soluciones, llegaban cuando menos las esperaban.

Eran partidarios que debían vivir como pensaban, para no terminar pensando conforme a los errores que cometemos. Habían aprendido a escuchar a los otros, a proponer soluciones y a resolver problemas y superar retos.

 Procuraban emplear todas sus fuerzas para no ser agresivos y bruscos y actuar con amabilidad, educación y empatía. Veían muy claro lo que tenían que valorar de todo lo que poseían y vibraba algo en su interior que les hacía sentirse felices 

 La vida, sin brebajes ni potingues, les llevaba a hacer cosas nuevas, dejar atrás los malos tragos, y saber esperar para dar el salto hacia los horizontes de esperanza. Sus seguridades y certezas les hacían estar seguros para que nadie les estropease el día.

Habían aprendido a dejar el miedo y la exageración detrás de ellos, aunque no significaba que no tomaran precauciones si les preocupaba algo y se esforzaran en conseguir el logro que se habían planteado.

Brebajes y potingues
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