sábado. 20.04.2024

El mundo será de los moderados

 

El reinicio al que el Covid19 está sometiendo al mundo está teniendo sus primeras consecuencias y algunas de ellas, para mi el mayor síntoma que podría darse y que ha pasado totalmente desapercibido, es la irrupción en el panorama político de Keir Starmer (57 años) quien desde hace unos días es el nuevo líder de los laboristas en Reino Unido. Un moderado convencido.

Ahora bien, que un lunes de Semana Santa, después de veinte días confinados en nuestras casas un tipo te hable de semejante personaje puede chirriar, pero si me aguantan tres minutos los llevo al porqué, y luego puede que sigan pensando lo mismo, pero por lo menos tendrán algo distinto sobre lo que pensar, más tiempo para intercalar en esa tarea de acometer el asalto a las torrijas que este año nos van a costar muchísimo mas despegar de nuestras caderas.

Verán, la crisis sanitaria nos está llevando sin darnos cuenta a relativizar muchísimas cosas. Empezamos a ver las situaciones de crisis de otra manera y ante los verdaderos problemas comenzamos a ver el camino por el que podrán venir las soluciones. Expresarlo de otra de manera sería como decir que estamos en ese momento en el que pensamos que “guerras las justas”. Cuando tenemos una crisis en casa contamos hasta veinte, cuarenta si hace falta, pero comenzamos a darnos cuenta de que discutir sólo nos va a llevar un empeoramiento innecesario.

En el panorama político actual nos pasa lo mismo sin apenas percibirlo. Los larguísimos discursos de Pedro Sánchez con esa voz que parece que nos quiere susurrar al oído nos ha cansado, ya le pedimos desde los sillones que abrevie, que nos cuente directamente el titular, subtítulo, entradilla y primer párrafo, que no hay que alargar innecesariamente la espera pese a que tiempo tenemos. Pero ahora lo queremos para cosas más importantes. Y claro, si esto nos pasa con Sánchez, las chorradas de Pablo Casado, su ladradora parlamentaria y otros por el estilo, ya ni nos llaman mínimamente la atención. Fíjense que hasta creo que Vox y Podemos lo están haciendo bien, cada uno desde su extremo, manteniendo un perfil tan bajo que aunque digan la tontería más grande de la semana, su repercusión apenas es de veinticuatro horas.

Y estamos en ese momento parecido, pero nunca comparable, con aquel que vive un enfermo grave, alguien que sabe que puede morir en cualquier momento y que ha decidido centrarse en disfrutar de un bien tan preciado, y ahora sabemos que extraordinariamente efímero, como puede ser tu propia vida.

Eso nos lleva a pensar, bueno realmente a sentir, de otra manera. Buscamos refugio en la moderación y empezamos a querer ver que impregne todos los espacios vitales de nuestra vida. Y el espacio político es uno de ellos, bueno precisamente uno de los más importantes porque si nos fijamos en las encuestas se ha convertido sin nuestro permiso en uno de nuestros principales problemas ¿Paradójico verdad? Aquellos que nos venden continuamente que son la solución, precisamente son el problema.

La de Reino Unido, sus habitantes y de ahí traer a estas líneas la figura de Starmer, es quizás la sociedad que más visión global tiene en este mundo que conocemos, quizás porque precisamente han sido ellos quienes durante más años han mantenido vivo el concepto de imperio. Y muchos creerán que me he vuelto loco por no tener en cuenta que son los primeros en salirse de la Unión Europea, pero no lancen aún tomates al que suscribe, porque quizás ellos con su vuelta más pronto que tarde, y sea de la forma que sea, nos hagan ver a los demás la importancia de nuestra propia unión. Y sucederá, porque saben que si no encuentran una vía de marcha atrás, Escocia, Gales y otros tantos, bueno tampoco son muchos, reducirán a nada su propia esencia. Tampoco debemos olvidar que todos nuestros políticos siguen usando como lengua común la del único país que ahora no forma parte del Eurogrupo. Vamos que da para pensar.

Hace unos años leí un libro que creo que ya he mencionado en alguna ocasión, se titula Desde la Adversidad: Liderazgo, cuestión de carácter (Santiago Álvarez de Mon, 2011, editorial Prentice-Hall). La obra te relata cómo quienes vivieron experiencias que realmente disparan a la línea de flotación de cualquiera, supieron salir del bache mandando en su propio destino, construyendo una nueva realidad. Una mejor pese a todo. Tiene una buena ojeada en este momento en el que, precisamente, hablamos de eso, de cómo rehacer y cómo hacerlo para que este aprendizaje nos sirva de algo.

Yo, particularmente, creo que nos llevará a la moderación, a una situación de postguerra en la que lo importante será construir, aportar, y no seguir a los más bocas, a los que más capacidad tengan para gritar.

Quizás por ello, porque ven que el Covid19 se los lleva por delante, los populistas están más alterados, nerviosos y torpes que nunca. Donald Trump, presidente de los Estados Unidos de América es el primero que verá las orejas de este lobo, y si no lo creen, aguanten un poco que lo verán con sus propios ojos.

 

El mundo será de los moderados
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