viernes. 29.03.2024

Lo siento, hay que aguantar

Siento muchísimo que este puente de Todos Los Santos no sea como el de otros años. Pido perdón, en la parte que me toca, por no poder acoger a esas personas que teniendo casas aquí o reservas hechas desde hace meses, no puedan venir a disfrutar de un territorio en el que el verano aún está dando sus últimos coletazos, pero la situación sanitaria es tan complicada que no sólo pido que se respeten las normas que se están imponiendo en esta comunidad autónoma, la andaluza, sino que con el mismo celo se sigan las impuestas en el resto de las que son nuestra principal fuente de visitantes. Y quiero intentar explicarlo bien, porque es necesario que entendamos la necesidad de cumplir.

Es difícil calcular el daño que nos hará no poder contar con esta semana de ingresos en el sector turístico, pero sería imposible hacer una valoración de aquello que perderíamos si ponemos en riesgo de contagio a una población estratégica para el sustento de todos durante los próximos meses.

Por un fin de semana al sol no podemos permitirnos que todo el entramado agrícola, del que depende el suministro de productos frescos a los supermercados de esas ciudades de origen de nuestros visitantes, pueda ponerse en peligro. Quienes nos visitan ven solo, de forma mayoritaria, un producto reluciente en las estanterías de sus supermercados de confianza, pero tras ese tomate, berenjena o calabacín, hay miles de hectáreas de terreno dedicadas al cultivo ecológico del que dependen muchas familias. Agricultores y recolectores que tienen que repasar diariamente, una y otra vez, las kilométricas filas de plantas de las que recolectar. Tras ellos están miles, pero muchos miles, de personas que trabajan en los almacenes de manipulación que son quienes seleccionan, envasan y digamos que visten los productos para que luzcan como se merecen en las fruterías. Y aún tras ellos hay todo un conglomerado logístico compuesto principalmente por transportistas, que llevan todo ese esfuerzo hasta el punto de destino.

Nuestra comarca depende de ese motor económico.

En estos momentos tenemos una situación asumible de contagio, con datos reales conforme escribo estas líneas, pese a que somos uno de los municipios más extensos de España. Mi obligación es defender esa posición de baja incidencia del virus, para que no se rompa una cadena de suministro que tenemos que cuidar a toda costa.

Repito, lo siento y pido perdón, pero Níjar no puede ser punto de destino turístico este puente de Todos los Santos.

Tomaremos medidas para evitar que los mas listos de la manada puedan escapar de los controles, pero espero que por una vez, nuestra responsabilidad y solidaridad con todos los demás, y con esta tierra en particular, pese más en nuestra conciencia que las ganas, el deseo o la necesidad, de escapar de la ciudad para asomarnos al mar.

Toca esperar, y si lo hacemos bien será por poco tiempo. Mientras tanto me comprometo a cuidar como oro empaño esta tierra para que cuando podamos volver a abrir la puerta, esté no solamente igual que la dejaron, sino un poco mejor. Y, sobre todo, totalmente segura para todos.

Esperanza Pérez Felices, Alcaldesa de Níjar

Lo siento, hay que aguantar
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