Cada vez estoy más convencida de que la mejor receta para crecer es el consenso, pero entendido desde un sentido muy amplio, desde la generosidad y participación de todos en la toma de decisiones,- lo que venimos a llamar cogobernanza-, a la ejecución de las acciones precisas que nos llevan a conseguir esos objetivos que, al final, son los que cambian nuestra realidad. Y ojo, eso vale tanto para dinamizar el turismo en el Parque Natural Cabo de Gata Níjar, como para cualquier otro ámbito de nuestras vidas.
Y vamos a los ejemplos. Hace unos días presentamos en la antigua plaza del mercado de la Villa, en lo que ahora es el Museo del Agua y la oficina de turismo, una iniciativa que va a permitir a los visitantes poder circular por todo el territorio con coches eléctricos, Mini de última generación y con todos los extras, en los que además se incorpora una audio guía que muestra y cuenta las particularidades de cada rincón. Es una iniciativa excepcional que desarrolla la marca de automóviles con la idea de extenderse a todo el Estado, y cuando la plantearon sus promotores locales dijimos que sí obviamente, porque es algo a lo que difícilmente puedes oponerte pero, sobre todo, porque esa movilidad es parte de nuestro plan.
Desde hace años venimos estudiando, desarrollando, consensuando y ejecutando una serie de estudios y trabajos que se concentran en nuestro Plan de Dinamización Turística y por encima de éste en el Diseño del modelo territorial y plan estratégico adaptado a los 17 principios de desarrollo sostenible de la ONU. El problema de todos estos planes es que requieren de un enorme esfuerzo de la iniciativa privada que no siempre es posible, como también precisan de una inversión pública que tampoco es muy viable en algunos momentos. Para que se hagan una idea, en los dos próximos años Níjar tiene que pagar cinco millones de euros de un crédito que el anterior equipo de gobierno del PP pidió, pero posponiendo el pago a varios años después. Algo así como “que apechugue el que venga detrás”. Dinero, en definitiva, que tenemos que quitar de la inversión para tapar los agujeros de otros que en nuestro caso sumaron 23 millones de euros de deuda.
Pero cuando las cosas están estudiadas, programadas, consensuadas y el clima es bueno, al final siempre surgen las oportunidades. Pongamos por ejemplo los fondos de resiliencia de la UE y el Gobierno de España. Con ese dinero podremos generar infraestructuras que las empresas podrán gestionar y con ello seguir cumpliendo objetivos de ese camino que nos hemos trazado. Volvemos a lo mismo, cuando en vez de andar cada uno por un lado se hace en conjunto, lo justo y necesario, y sin hacer mas ruido del preciso, las cosas empiezan a salir.
En unos días los empresarios del Parque Natural Cabo de Gata Níjar van a ser reconocidos por sus logros en los premios regionales del turismo, y se lo merecen, pero además son un claro ejemplo de que hay otra forma de hacer las cosas, de crecer sin condenar el territorio a los efectos de la masificación, sino participando en pequeños cambios que deben inducir a nuevos hábitos. Por ejemplo, los coches eléctricos para mostrar que primero, es posible, y segundo que es absolutamente necesario si queremos eternizar nuestro modelo de vida, que es de lo que se trata y como nos recuerdan esos 17 principios de desarrollo sostenible de la ONU. Mejorar sin destrozar la base, sin olvidar el origen del que venimos, porque es ahí donde está la grandeza de lo que podemos ser o volver a llegar a ser.
Lo dicho, que el consenso y la cogobernanza valen tanto para el turismo como para todo aquello a lo que queramos o debamos aplicar.
Esperanza Pérez Felices, alcaldesa de Níjar
