José Carlos Tejada, Coordinador de la Mesa del Ferrocarril
A la hora de ponerme a escribir este artículo vienen a mi memoria recuerdos de juventud, con las movilizaciones que la sociedad civil de Almería protagonizaron en la década de los ochenta del pasado siglo XX, para exigir el traslado de los depósitos de la CAMPSA que estaban en la Avenida de Monserrat y que dada su proximidad al centro de la capital, suponían un potencial peligro para la seguridad de la ciudad.
Fueron días intensos de acciones y manifestaciones, donde miles de almerienses se echaron a la calle para exigir el traslado de dichos depósitos. La chispa de la conciencia social había calado y la movilización ciudadana se multiplicaba cada vez más hasta concentrar en la calle a miles de personas. Y gracias a esa presión esas instalaciones finalmente se trasladaron de ubicación.
Desde aquél entonces y a lo largo de los años en nuestra provincia se han convocado muchas manifestaciones con mayor o menor número de participación.
Hay que reconocer que por nuestra forma de ser, los almerienses no somos muy dados a expresar nuestras inquietudes en la calle. Pero cuando ha habido un hecho relevante o donde el interés general ha estado en juego, todos hemos participado y como muestra recordar las manifestaciones convocadas contra el asesinato de Javier Verdejo, de Miguel Ángel Blanco, en contra de la OTAN o más recientemente en el ámbito sindical las dos Huelgas Generales del año 2012.
Las plataformas ciudadanas no nacen de forma espontánea y se tienen que dar determinadas circunstancias, para que la sociedad civil se organice y venga a cubrir espacios reivindicativos que los grupos políticos han dejado en la cuneta.
En el caso de la Mesa en Defensa del Ferrocarril, allá por el verano del 2015, artos de ver tanto abandono durante más 30 años de nuestras infraestructuras ferroviarias, decidimos impulsar una plataforma ciudadana, con un único objetivo, que era el de trabajar para transformar el actual presente desolador, en un futuro esperanzador con mejoras sustanciales tanto de la línea convencional como de la alta velocidad. Lo que en un inicio éramos cinco organizaciones al día de hoy, ya formamos parte de la misma 54 conformadas por organizaciones empresariales, sindicatos, asociaciones, instituciones y colegios profesionales que representan un amplio abanico de la sociedad civil almeriense.
Desde nuestros inicios hemos trabajado duro con multitud de viajes, contactos, reuniones, concentraciones, manifestaciones y elaboración de informes. Hemos orientado todos nuestros esfuerzos a que la llama de la reivindicación fuera creciendo día a día y sin ningún tipo de pudor podemos decir que lo hemos conseguido. La sociedad almeriense va tomando conciencia social de la grave situación que supone no tener unos trenes dignos, adaptados y de calidad, que nos permitan viajar no solo a las personas, sino, también a las mercancías.
Poco a poco ha ido calando en nuestra sociedad el conocimiento reflexivo, que va generando una conciencia social que nos permite a los ciudadanos generar un estado de opinión sobre lo que nos puede favorecer el desarrollo de nuestro tren o en sentido contrario lo que nos puede perjudicar si todo sigue igual.
Desde la Mesa seguiremos trabajando por el interés general y con plena independencia, favoreciendo e incentivando la movilización cívica y la conciencia social.
Y terminamos con una reflexión dirigida a todos los ciudadanos que viven y trabajan en nuestra provincia: Se imaginan ustedes, que si sin infraestructuras ferroviarias Almería ha crecido exponencialmente de una manera extraordinaria.
¿Hasta donde podríamos llegar si estuviéramos ya conectados con el Corredor del Mediterráneo? ¡Cuantas oportunidades se podrían generar para la economía y para el empleo de nuestra provincia!
Por lo que les pedimos a todos los almerienses que la movilización cívica y la conciencia social siga viva y que siga creciendo, esto permitirá que entre todos seamos capaces de revertir el abandono histórico de nuestro tren y que las soluciones vayan llegando en el corto y medio plazo.
