viernes. 29.03.2024

La vuelta a la “normalidad” en RTVA

Chus Fernández, Parlamentario de IU en Adelante Andalucía en Granada
Chus Fernández, diputado y parlamentario de Adelante Andalucía por Granada

No puedo empezar este breve artículo sobre la Radio Televisión Pública Andaluza sin agradecer el enorme trabajo realizado por todo el conjunto de profesionales de la casa (cámaras, equipos de redacción, de sonido, de conducción, sindicatos, de radio, de televisión, multimedia…) por la gran labor realizada durante la pandemia demostrando, en todo momento, una gran responsabilidad para realizar los diferentes programas, bien desde casa o a pie de calle (con los riesgos que ello conlleva de contagio por COVID-19), además todo ello en condiciones de trabajo extremas. Desde estas humildes líneas recibid mi más sincera y profunda felicitación por vuestro trabajo. Igualmente, quiero transmitir mis condolencias a los familiares y amistades del compañero de la Delegación Territorial de Málaga que falleció por coronavirus el pasado mes de marzo.

El pasado lunes Andalucía comenzó la Fase 3 de la desescalada, la cual es sinónimo de grandes cambios en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana. Y la RTVA no iba a ser menos en el camino paulatino hacia esta “nueva normalidad”. Pues bien, para alcanzarla es necesario incidir en las 3 dimensiones más importantes de la radio televisión pública andaluza, que son: la dimensión laboral, la informativa y la programática. Para ello, plantearé diferentes aspectos que debe tener en cuenta la dirección de RTVA con el fin de aportar mi granito de arena en un momento en el que todas y todos debemos unir esfuerzos para salir hacia delante de esta situación, y todo ello desde un punto de vista constructivo.

Comenzaremos con la primera dimensión, la laboral. Desde nuestra formación aplaudimos el acuerdo que se llegó por unanimidad a primeros de mayo entre la dirección de RTVA y la Representación Legal de las trabajadoras y trabajadores (RLT en adelante) para su reincorporación. Este acuerdo garantiza la reincorporación presencial de un tanto por ciento de la plantilla con el fin máximo de su protección frente al virus. A día de hoy se han reincorporado un 70% aproximado de la plantilla al trabajo. La dirección de RTVA debe, por lo tanto, garantizar y blindar la salud del conjunto de trabajadoras y trabajadores de la casa y eso pasa, inexorablemente, por llevar a cabo un seguimiento exhaustivo de la ejecución de los acuerdos y por la evaluación permanente de las medidas de seguridad adoptadas y corregirlas en el primer momento, puesto que hay mucho en juego si una de ellas no funciona. La salud de la plantilla debe ser, por lo tanto, una prioridad absoluta y la comunicación directa entre dirección y RLT una obligación por parte de la empresa.

Siguiendo con la dimensión laboral, el COVID-19 nos ha puesto delante de un espejo y la imagen reflejada proyecta una falta de personal y la urgente renovación de los equipos informáticos, además de la aparición de un elemento nuevo: el trabajo no presencial. Respecto a la falta de personal, pudimos conocer que son 283 trabajadores y trabajadoras temporales en la actualidad dentro de la RTVA, por lo que es necesario establecer, por un lado, medidas de consolidación de la plantilla temporal y, por otro, un plan ambicioso de aumento de la plantilla que vaya más allá de las 29 contrataciones acordadas a primeros de marzo (que a día de hoy no se han producido) puesto que las jubilaciones irán en aumento y las necesidades que requiere garantizar un servicio público de calidad suponen un aumento de las necesidades y, por ende, de la plantilla estructural. Si antes de la pandemia era necesario el aumento de la plantilla, hoy día, lo es muchísimo más.

En cuanto a los equipos de trabajo, es necesario que se lleve a cabo, con la mayor brevedad, una renovación de los equipos, ya que se encuentran, en su amplia mayoría, desfasados, obsoletos y no cubren las necesidades para que las y los excelentes trabajadores de nuestra radio y televisión puedan desarrollar su trabajo en las mejores condiciones.

Por último, en la dimensión laboral, debemos prestar especial atención a un aspecto que ha llegado para quedarse, el trabajo no presencial. La dirección de RTVA debe planificarlo de forma adecuada, realizar una evaluación continua de su proceso, blindar los derechos laborales de la clase trabajadora y proporcionar los medios tecnológicos adecuados, además de elaborar el diagnóstico técnico de competencias tanto en materia de situación técnica como de la formación proporcionada por la empresa tal y como ha planteado la RLT.

Respecto a la segunda dimensión, la informativa, podríamos definir las actuaciones necesarias con tres palabras: proximidad, objetividad y pluralidad. Un aspecto fundamental de los informativos debe ser la proximidad y la cercanía de las noticias que la población escucha y ve tanto en radio como en televisión, por lo tanto, se hace más que necesario aumentar el tiempo de los informativos territoriales, ya que estaríamos garantizando la función social. Esto contribuiría a que la población andaluza viera en sus informativos de proximidad como un elemento útil, necesario e indispensable y para ello, como hicimos en el apartado anterior referente a los problemas laborales, se debe aumentar la dotación en recursos humanos y materiales.

En cuanto a los informativos de índole general debemos recuperar la credibilidad que se ha perdido independientemente del director de los informativos o del gobierno andaluz de turno recuperando su sello de objetividad, pluralidad y veracidad. Nuestros informativos deben dejar de ser creadores de noticias e informes que hablen de sesgo ideológico para convertirse en referentes a nivel nacional de información contrastada y objetiva.

La programación constituye la tercera dimensión que debemos abordar en esta “nueva normalidad”. El objetivo que se debe plantear es la recuperación del 100% de la parrilla y, en especial, la de producción propia. Es cierto que se han recuperado programas como Los Reporteros, Tierra y Mar y Destino Andalucía, pero se echan en falta otros programas como Parlamento, tan vitales para conocer lo que está ocurriendo en la actualidad en nuestra tierra. Cabe recordar que con la aparición de la pandemia los programas de producción propia han sufrido más que aquellos que eran de producción externa. De ahí que debamos adquirir los mimbres necesarios para garantizar la realización y emisión de los programas de producción propia.

Igualmente la programación tanto de radio como de televisión debe servir para ser altavoz de los colectivos, es decir, debemos dar voz a los sin voz, debemos dar visibilidad a los colectivos invisibles, debemos seguir la senda de la cobertura que se realizó, por parte de este ente público, con los Trastornos de Conducta Alimentaria y ampliarla a otros colectivos y temáticas como enfermedades raras, ludopatía, hipoacusia… tanto en las efemérides de los mismos como en un seguimiento y visibilización del trabajo que desarrollan a lo largo de todo el año. Solo así, Canal Sur tendrá un sentido útil y social para las andaluzas y andaluces.

En definitiva, la aparición de la crisis sanitaria ha hecho que el mundo se parara en seco y observáramos cuales eran las necesidades y las prioridades en todos los aspectos de nuestra vida. En cuanto a la RTVA nos ha demostrado que su futuro pasa por el aumento de la plantilla, la renovación de los equipos, la delimitación del teletrabajo, el aumento del tiempo de los informativos territoriales, garantizar una información veraz y objetiva, recuperar y aumentar los programas de producción propia y la visibilización de todos los colectivos de nuestra tierra y, todo ello, bajo el paraguas de la escucha activa con la Representación Legal de las Trabajadoras y Trabajadores y con el Consejo Profesional de Canal Sur.

La vuelta a la “normalidad” en RTVA
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