domingo. 04.06.2023

A las bases que vas, Sánchez

Germán Temprano, periodista

Nunca me di por aludido por el famoso anuncio del yo no soy tonto. Tengo mis limitaciones pero, aun así, he roto a pensar. Debe ser también el solaz veraniego. Hasta con bermudas y chanclas, uniforme poco decoroso para lo institucional, recuerdo cómo gobernó la añorada Manuela Carmena en el Ayuntamiento Madrid ¿Alguien recuerda el nombre de algún ministro o ministra del partido que le apoyó toda su Legislatura? Obviamente, además del suyo ¿Alguien recuerda a algún concejal o concejala socialista trepando por las paredes, llorando por las esquinas, jurando en hebreo por querer ser responsable de Fastos y Festejos, un poner, o con nosotros ni hablar del peluquín?

La metamorfosis de Pablo Iglesias deja a la de Goyo Samsa en una broma. De ser antisistema a morir por tener cartera ministerial, de vivir en Vallecas a emigrar a Galapagar, del pasado manchado de cal viva del PSOE a perder el trasero por formar parte de su Ejecutivo, de  asaltar el cielo a exigir plaza de aparcamiento en Moncloa. Y si no, a las bases que vas, Sánchez. Es evidente que en una negociación el fracaso se reparte de manera porcentual. El todismo, tan español, no ha lugar. Ni toda la culpa es de uno ni del otro, pero, como decían en la facultad el día que fui, los hechos son constatables, las opiniones son libres. Y el cómo se administró el gobierno municipal de Madrid ahí está.

Podría ser un ejemplo para que cese, ya es tarde pero dicho queda, el espectáculo del despecho, del pues te vas a enterar, del antes muerto que sin silla (o sillón) y, sobre todo, para preservar la dignidad y el respeto que merecen las cientos de miles de personas que todavía respaldan a la formación de Iglesias, en el sentido posesivo de la expresión ¿Qué es eso de acceder a firmar por escrito, o a esculpir en mármol si es necesario, el apoyo ciego a lo que diga el gobierno en según que asuntos? ¿Qué opinarían de esa bajada de pantalones los círculos si se les preguntara más allá de lo que quiere el líder?

¿Dónde están los principios? ¿O es que ahora en vez de ir a ver al trullo a Junqueras va a pedir en la sala de prensa de Moncloa que le priven del postre? Desde luego, con esa firmeza ideológica se antoja increíble que no se fíen de usted. Igual es porque, a falta de dos minutos para que acaben los encuentros discretos y por boca de su partido, ya se sabe todo lo que se ha hablado dentro tamizado por su entender. Como decía, insólito el recelo.

Más comprensible es, al menos para sus intereses que, fíjese, igual no son los del país, que quiera exhibir como trofeo de caza ante los suyos, los que van quedando, un ministerio molón. Con la deriva de sus resultados electorales se entiende. Igual en la próxima solo le queda la opción de Moncloa como estación de Metro.

Germán Temprano es periodista, editor de levanticodigital.com

A las bases que vas, Sánchez
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