Ascensión al Veleta organizada por Afoprodei
Un grupo de voluntarios malagueños ha participado este pasado fin de semana en una expedición solidaria que ha ayudado a tres personas ciegas y cinco con discapacidad motriz a coronar la cumbre del pico Veleta, en Sierra Nevada (Granada), en el primer caso guiándolas en la ascensión con barras direccionales para invidentes y en el segundo mediante sillas adaptadas para personas con movilidad reducida.
La ascensión ha sido organizada por la Asociación para el Fomento y Promoción del Deporte Inclusivo (Afoprodei), radicada en la localidad sevillana de Tomares, y a ella se han sumado otros colectivos y entidades solidarias como el también sevillano Desafío Martín o Zancadas Solidarias, organización con sede en Cartagena (Murcia), además de voluntarios procedentes de Málaga y de la localidad jienense de Siles.
Gonzalo Zamora, uno de los malagueños que han ayudado a hacer posible este reto solidario, ha explicado a Europa Press que tuvo conocimiento de este evento a través de las redes sociales e inmediatamente decidió ofrecerse para colaborar junto con otras dos compañeras, Mar Díaz y Belén Requena, quienes, como él, están implicadas en diversas asociaciones e iniciativas solidarias en la provincia.
Zamora, que ya en 2014 fue uno de los artífices que posibilitaron que una joven malagueña con espina bífida cumpliese su sueño de afrontar la subida a pie al Veleta, ha detallado que en la ascensión participaron unas 60 personas y que supuso "un esfuerzo físico bastante grande", con unas cuatro horas de subida, incluyendo los descansos para el avituallamiento, y dos horas de bajada.
"Subimos sin coche de apoyo y prácticamente toda la ascensión se hizo por la carretera que llega casi hasta la cumbre, lo que, aunque facilita el desplazamiento, hace que aumenten los kilómetros recorridos al no ir por el camino más corto e implica un esfuerzo físico bastante elevado", ha afirmado.
En este sentido, ha detallado que cada silla adaptada contaba con un equipo de seis o siete personas "y con gente de refresco que iba dando relevos, pues de no ser así habría sido imposible llegar arriba", ya que el esfuerzo de empujar la silla se une a las dificultades propias de una ascensión a una cumbre de más de 3.000 metros.
"Estamos hablando de una montaña de 3.396 metros y a partir de los 2.000 cuesta un poco respirar, pero había un muy buen ánimo y todo salió fantástico", ha agregado Zamora, quien ha asegurado que la sensación del grupo al alcanzar la cima "es indescriptible" y ha relatado el épico final de ascensión que vivió el grupo en el que ayudaban los voluntarios malagueños.
Según ha precisado, cuando apenas les faltaban diez metros para hacer cumbre, "ya fuera de la carretera y subiendo por piedras, totalmente reventados", hubo alguien que pidió ayuda "y unos chavales que había en la cima bajaron, cogieron la silla en volandas y nos llevaron así hasta arriba del todo, donde está el vértice geodésico".
Este voluntario, que en sus años de labor solidaria ha participado y organizado bastantes iniciativas para acercar la naturaleza a personas con discapacidad, ha considerado que este reto "ha sido una experiencia única, en la que hubo risas y llantos, pero valió la pena el esfuerzo un millón de veces y lo haría hoy mismo de nuevo con los ojos cerrados".
"Lo que vi yo allí fue una cantidad de amor exagerada, amor por los cuatro costados, y merece la pena solo por contemplar la cara de satisfacción de los usuarios al llegar arriba y poder ver esos paisajes, al igual que por ver cómo viven la experiencia los ciegos totales, que evidentemente lo hacen de otro modo, pero también con mucha emoción", ha agregado.
Zamora ha elogiado la "fantástica labor" de los organizadores y los demás grupos participantes y ha avanzado que "esto no queda aquí", pues tras superar con éxito este reto el próximo objetivo de los organizadores es afrontar el ascenso a la cumbre del Mulhacén (3.478 metros), punto más alto de la Península.
--EUROPA PRESS--
