viernes. 29.03.2024



El uso de los eufemismos en la política como "herramienta" para "maquillar" la verdad es el objeto de una investigación del profesor de la Universidad de Granada Francisco José Sánchez García, que cita la "flexibilización del mercado laboral (abaratamiento del despido)" o el "recargo temporal de solidaridad (subida de impuestos)" como fórmulas usadas por los políticos españoles para evitar el tabú" en asuntos que, de otra forma, "podrían dañar la imagen de un líder o un partido".

Esta investigación ha visto ahora la luz con la publicación de los resultados en la editorial Visor bajo el título 'Eufemismos del discurso político. Las claves lingüísticas del arte del disimulo'.

Según destaca en una nota de prensa este investigador, profesor titular de Lengua Española, en la era de las 'fake news', las "posverdades" y los "hechos alternativos", el eufemismo destaca en el ámbito político como una herramienta "crucial" para "maquillar" la realidad.

"El eufemismo es un mecanismo indudablemente efectivo, que pasa por convertir el lenguaje en el espejo que nos muestra tal y como nos gustaría que nos vieran", indica Sánchez García, para quien aunque "la ciudadanía es cada vez más consciente de las trampas que a menudo se ocultan tras los mensajes políticos", es necesario responder a cuestiones relacionadas con el funcionamiento de los eufemismos en el discurso político, las razones de su uso y las situaciones en las que se utilizan.

Asimismo, en su opinión, es también fundamental conocer "hasta qué punto son eficaces como estrategia al servicio de la persuasión", que es precisamente uno de los asuntos de los que se abordan en su investigación, en la que describe con detalle los pormenores lingüísticos de los mecanismos de la interdicción política desde una perspectiva pragmático-discursiva (en lugar de las habituales clasificaciones temáticas).

DESDE LA CRISIS DE 2009

Para ello, parte de un extenso glosario de ejemplos (basado en un corpus compuesto por declaraciones de los principales líderes políticos españoles desde el comienzo de la crisis económica de 2009 y especialmente a partir del 15-M), clasificados atendiendo a su tipología y procedimiento de formación y, en especial, a la intención comunicativa que subyace en las declaraciones eufemísticas.

Los ejemplos aportados en el volumen ilustran de manera indirecta cómo se ha desarrollado la historia reciente de este país, en la medida en que responden a los grandes temas de la última década en España (crisis económica y recortes sociales, corrupción política, tensiones territoriales en Cataluña).

Muchos de ellos surgen "con el propósito claro de evitar un tabú", como fue, según afirma, el caso del presidente José Luis Rodríguez Zapatero durante la crisis económica.

Según Sánchez García, el socialista llegó a utilizar hasta 14 eufemismos en una sola sesión parlamentaria para soslayar la palabra crisis: "situación claramente difícil y complicada", "condiciones adversas", "coyuntura económica claramente adversa", "brusca desaceleración", "empeoramiento", ajuste", "escenario de crecimiento debilitado", entre otros.

Tampoco Mariano Rajoy se "libra" del uso de estas herramientas y los primeros recortes que aplicó como presidente para tratar de paliar dicha crisis fueron denominados "medidas de ahorro".

BÁRCENAS O "ESA PERSONA DE LA QUE USTED ME HABLA"

Otro de los ejemplos incluidos en el libro tienen que ver con el rescate bancario, al que el entonces ministro de Economía Luis de Guindos se refirió como "préstamo en condiciones muy favorables", "ayuda europea", "colchón de capital para la banca", Rajoy como "crédito blando", o el que fuera ministro de Hacienda Cristóbal Montoro como "inyección de liquidez para la banca".

Este último, también quiso "maquillar" la aprobación de una amnistía fiscal como "declaración tributaria extraordinaria en condiciones diferentes de una regulación ordinaria".

Son numerosos los eufemismos recogidos por Sánchez García en su investigación relacionados con el que fuera tesorero del PP Luis Bárcenas, al que Rajoy aludió en varias ocasiones como "esa persona de la que usted me habla" o "alguien que formó parte del PP" para no utilizar su nombre propio.

Otros de los eufemismos "curiosos" por llegar incluso a ser "falaces" han sido "protocolo de borrado seguro" (como la destrucción de los ordenadores del extesorero del PP Luis Bárcenas para eliminar pruebas comprometedoras), "movilidad exterior" (emigración forzosa de los jóvenes españoles desempleados), o "encausado/investigado" para evitar la voz "imputado".

Igualmente eufemísticos son, según indica este investigador, algunos conceptos esgrimidos por los partidos independentistas catalanes: "soberanismo" (independentismo), "derecho a decidir", "demócratas" (excluyendo a los no independentistas), "consulta participativa con todas las garantías" o "exilio" (fuga al extranjero).

También son objeto de análisis del autor algunos eufemismos políticamente correctos, relativos a la cortesía y el lenguaje inclusivo ("personas que se han apuntado al paro" --gobierno socialista--, "portavoces y portavozas" --Irene Montero--, "diálogo conducente al camino de la paz" --negociación con ETA del Gobierno de Zapatero--).
--EUROPA PRESS--

Investigan desde la UGR el uso de los eufemismos en la política como herramienta para...