sábado. 20.04.2024

Nada es para siempre

Juan Antonio Palacios Escobar

El título de este artículo no es ni el de una canción, ni una serie ni una película, pero podría ser el mayor reconocimiento de nuestras limitaciones, ya que la mayor verdad de la vida, la muerte, nos demuestra, que aunque algunos lo pretendan, somos aves pasajeras  que apenas escribimos una página de un gran libro que nunca termina.

Sin embargo nos damos cuenta , en la cura de humildad que nos dan los años, que el tiempo pasa y nunca vuelve a atrás y envueltos en rutinas que nos atenazan, vemos como se nos escapa y no podemos hacer nada por atraparlo.

Lo del principio y el fin es algo consustancial al ser humano. A veces tomamos la delantera y lideramos los procesos y otras nos toca formar parte del pelotón, ser los primeros o los últimos y hemos de estar preparados con naturalidad para ambas situaciones.

En ocasiones nos toca empujar la rueda y otras seguir su trayectoria. Tampoco nuestra formación es para siempre y hemos de actualizarnos si no nos quedaremos atrás y nos convertiremos en desfasados y anacrónicos. Hoy los productos y los bienes que consumimos son para un ratito y cada vez queda más lejos eso dicho popular “para toda la vida” 

El éxito es efímero y tan solo son momentos salpicados  de frustraciones, fracasos y preocupaciones, instantes que hemos de estrujar y disfrutar como si cada uno de ellos fuera el último que estamos invitados a vivir, y no olvidemos que hay cosas de las que hace años no gozamos porque se han extinguido.

Otros placeres que no conocemos porque aún no se han descubierto y están por venir., y hay quienes en su naturaleza camaleónica cambian de aspecto en función de quien les pague. Este tipo de sujetos no nos debe merecer ningún respeto, ya que ni ellos mismos se lo tienen.

 Frente a alegrías y diversiones, nos toca vivir en esta noria de contrastes que son nuestros caminos de vida,  tristezas y sufrimientos. A veces con más temporalidad unos que otros, pero sabiéndose y sabiéndonos con fechas de caducidades.

La gente que sabe, es orgullosa pero sensata, se deja aconsejar, intenta retomar con alborozo y entusiasmo, el proyecto que tenía aparcado. Descubre que nada es para siempre, que todo es evolución y aprendizaje y preocupados y ocupados, se dan cuenta cuando se equivocan y rectifican.

Nos pasamos la vida conquistando tiempos y espacios, evitando e invitando, manteniendo nuestras iniciativas he intentado que  no se produzcan choques y conflictos innecesarios. Cuando nos hablan de empezar de cero, sentimos vértigo, como si nos hubieran quitado todo, incluida la red salvadora y hubiéramos de dar el triple salto mortal sin ninguna  protección.

 Debemos saber jugar bien nuestras cartas y como dice Antonio Gala “si no avanzamos recordando, tropezamos”, y sacar a relucir nuestro lado más amable y divertido , pensar en positivo para que todo marche sin embargos ni renuncias, sin retrocesos, amenazas y acusaciones.

Nuestra mirada observadora sobre la realidad , nos proporciona una valiosa información, nuestra mente ágil y despierta es un instrumento de aprendizaje permanente . No debemos construirnos un personaje sin ser nosotros mismos, ni convertirnos en un sujeto novelesco y renunciar a nuestra autenticidad y humanidad.

Nada es para siempre, o tal vez como en toda regla haya una excepción, el recuerdo que dejamos en los que nos siguen, el permanecer en sus memorias y sus corazones con lo que hayamos dicho y hecho.

Nada es para siempre
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