miércoles. 24.04.2024

Enfados y pataletas

Juan Antonio Palacios Escobar

El pasado domingo leía en el periódico El País, una entrevista de Xosé Herrmida a Manuela Carmena en la que afirmaba “La sociedad española es mucho mejor que los políticos”. Con todo el respeto que me merece la trayectoria y la figura de la jueza jubilada y ex alcaldesa de Madrid, matizaría sus palabras, precisando “algunos políticos”.


Las generalizaciones son siempre injustas y peligrosas, una prueba palpable de lo que digo es ella misma, comprometida desde la honradez, con la POLÍTICA, que hemos de reivindicar todos los que, por encima de cualquier otra consideración, defendemos el fortalecimiento democrático de la sociedad.


Como también ella afirma en la misma entrevista, hay mucha frivolidad y espectáculo, y eso que duda cabe genera frentismo, postureo, retóricas teatrales y sobre todo crispaciones y ausencias de diálogos honestos y sinceros que nos lleven a ocuparnos, preocuparnos y solucionar los problemas de los ciudadanos.


Este ambiente barriobajero alimenta la confusión y el populismo, y hace que mucha gente huya de la reflexión y se deje llevar por las consignas y el dogma. Y la realidad política se inunda de enfados y pataletas, de personajes sin identidad que solo hacen complicarnos la vida y denigrar la convivencia entre los ciudadanos.


Casos de lo que les hablo, los tenemos en ambos frentes, en la derecha y en la izquierda. Así Albert Rivera, no acude a la reunión con el Presidente, ya que argumenta que no tiene nada nuevo que decirle Sánchez y que no está para perder el tiempo o el empecinamiento de Iglesias, Pablo Manuel, en formar parte del Consejo de Ministros a toda costa, como si fuera un personaje de Juego de Tronos.


En la actividad política, son fundamentales los fondos y contenidos, pero también las formas, el respeto entre diferentes y a la pluralidad y al importante papel que en un Sistema democrático juegan las instituciones, y la Presidencia del Gobierno de España, lo es, la ostente quien la ostente.


No podemos permitirnos, con las necesidades y los objetivos que ha de cubrir nuestro País, que algunos líderes políticos, actúen en medio de un zoco de enfados y pataletas, en la que lo mismo se subastan sillones, que se cambian programas.


A la derecha siempre le ha preocupado el avance en el terreno de los derechos, y para que eso no sucediera ha procurado o enfangar el terreno o embroncar el ambiente. Hay también algunos personajes, mal llamados de izquierda que se pasan las horas mirándose al espejo y escuchándose con sus soluciones mágicas para todo.


Hemos de huir de etiquetas y eslóganes fáciles, que intentan retratar a los personajes en función de los intereses de cada cual. Todos hacen números, pero no los nuestros, sino los de ellos. Por eso les pediríamos, que se dejaran de gaitas y monsergas, que no hicieran los teatros sobre sus glorias y fracasos, sus enfados y pataletas, sino que aplicaran sus saberes y entenderes a plantearse cuáles son sus soluciones a nuestros problemas.


Deben entrenarse en saber superar obstáculos, resolver situaciones difíciles, adaptarse a los nuevos tiempos, resolver las diferencias, dialogando y procurando entender las razones del otro. No incurrir en el síndrome de creerse únicos y excepcionales.


No pueden incurrir en mosqueos y enfados por sus equivocaciones, errores o declives, ni mostrar pataletas culpando a los demás de sus incompetencias e inutilidades. Y procurar no ser la segunda preocupación de los ciudadanos como en el último barómetro del CIS, lo que no ocurría desde 1985.

Enfados y pataletas
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