miércoles. 24.04.2024

Delirios y pesadillas

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar

En el camino nos encontramos  con seres extraños y complicados que  entre sus serias alteraciones en sus capacidades mentales que les generan unos pensamientos sobre el entorno confuso y una disminución de sus conciencias, navegan entre sus delirios y sus pesadillas llenas de miedos y terrores.

De estas últimas , hay algunos que sacan  muchos argumentos para sus relatos, desde aquellos terroríficos, o las vulgaridades más increíbles y comunes pasando por las situaciones más absurdas en las que aparecen todo tipo de seres extraños y a los que los mayores expertos les cuesta encontrarles explicaciones y significaciones.

 Son gente que les cuesta concentrarse en una tarea y con frecuencia sucumben a las rutinas, se obsesionan con una idea y son incapaces de responder a cualquier pregunta o conversar con los otros.  Son muy susceptibles y vulnerables al fanatismo.

Alardean de lo que no son y se torturan con lo que son. Entre ostentaciones y privilegios, se distraen con facilidad en cosas sin importancia y no prestan atención a lo que realmente interesa. Cuando no se cumplen sus exigencias y caprichos, suelen aislarse en señal de protesta y ven conspiraciones donde solo hay diferencias.

Como no prestan atención a lo que les dicen los demás, no suelen acordarse de sucesos recientes, y se desorientan con facilidad, teniendo dificultades para hablar o recordar palabras, que casi siempre suelen estar “en la punta de la lengua”

Hay algunos políticos de la actualidad, que entre inquietudes, agitaciones y comportamientos combativos, ven y cuentan cosas que no existen. Y en sus ansiedades, miedos y paranoias, irritan y enojan al más pintado, con sus actuaciones contradictorias, encendiendo el tejido social y llamándola a la movilización y a la vez diciendo que son gente que solo quieren expresar pacíficamente su posición en defensa de todos y todas. ¡Mayor cinismo, imposible!

Entre euforias y depresiones, irritabilidades y enojos, exultaciones y apatías, van cambiando de personalidad en función de sus intereses, y sus rápidos cambios de humor pueden hacernos ver que son unos hiperactivos sin remedio, o que su inactividad es tan exasperante, que está más cerca de la pereza y la vagancia que de cualquier otra cosa.

Sus fluctuaciones, son conocidas popularmente como “cambios de chaqueta” sorteando todo tipo de peligros y malestares, de los tumultos y jaleos, de los montajes y desmontajes, de no saber diferenciar las abducciones de las ilusiones.

Muchas veces la realidad suele ser más divertida que los planes que hemos ideado, y entre bloqueos y desbloqueos, y entre promesas incumplidas e infamias difundidas, solo decimos una cosa, que dejemos de lado ciertos egoísmos y no nos digan lo mismo y lo contrario.

Las cosas pueden ser mejor de lo que esperábamos, si sin inquietudes y preocupaciones, reclamaciones y rendiciones, secuestros y rescates, previsibles e imprevisibles, preocupaciones y recuperaciones, aprendemos a deletrear lo que tenemos y lo que deseamos,

No debemos dejar que nadie juegue con nuestra buena voluntad, pero tampoco es deseable que guardemos rencor a nadie. Sin creernos todo lo que nos dicen ni pensar que lo sabemos todo, no malgastemos ni un minuto de nuestro tiempo con algo o alguien que creamos que no merece la pena. Si no terminaremos entre delirios y pesadillas.

Delirios y pesadillas
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