miércoles. 24.04.2024

Nuestras vidas

Juan Antonio Palacios Escobar
Juan Antonio Palacios Escobar

No es la primera vez, aunque nos resulte extraño .La ONG  Medical Detection Dogs , junto con la  Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres y la Universidad de Durham están entrenando a seis perros para que puedan detectar el nuevo Coronavius, Ya lo han hecho con el cáncer , el Parkinson y algunas enfermedades bacterianas.

Tengo un amigo mío que en su generosidad está dispuesto a ceder a su can para que se una a esta interesante experiencia. Este método de detección canina es certero por la sensibilidad  y la potencia de su olfato. Deseamos que al igual que otras ocasiones y experiencias nuestros amigos, la labor de nuestros amigos los perros sirvan para salvar muchas vidas.

Cada momento de nuestras vidas puede ser una dulce historia o un puro sobresalto, estar y sentirnos sanos o encontrarnos con virus que nos lleva para adelante sin apenas avisarnos. Por ello no debemos pensar en negativo lo que nos quede por hacer, o querer liberarnos de cualquiera de nuestras obligaciones.

Debemos tener entre nuestras rutinas diarias la lectura, porque resulta enriquecedora en todos los aspectos   de nuestra personalidad, y nos ayuda a pensar y hablar bien, y a evitar caer en la pobreza expresiva con la que nos torturan algunas estrellas de la actualidad.

Desde la política al espectáculo pasando por la televisión, el cine, el teatro o cualquier otra plataforma, asistimos entre sorprendidos y estupefactos, como integrantes de una comunidad que hablamos un idioma riquísimo, y que escuchamos de forma permanente y torturante expresiones, como no podía ser de otra manera, lo siguiente, chao, estoy rayado, tía o como mola entre cientos de ellas que solo empobrecen semántica, morfológica, fonética o sintácticamente.

Podemos pasar por nuestras vidas con una actitud cerrada y colgado en la percha del dogma y  la única verdad, o en una posición abierta en la que admitamos que los otros también defienden sus verdades y pueden cuestionarnos.

Hemos de desconfiar de los charlatanes que hablan por los codos y dicen que pueden arreglarlo todo, o de los que permanecen en un misterioso mutismo porque no tienen nada que decir, de los que siempre van de prisa como si se les acabara la vida, o pisan huevos sin saber hacia dónde ir.

Entre expansiones y contracciones, peligros y seguridades, atracciones, negaciones y afirmaciones, pasos atrás y adelante, encuentros y desencuentros, no encontramos nuestros talismanes y encantamientos, sin darnos cuenta que desde el principio al final de alguna historia puede no pasar nada.

Cuando nos topamos con situaciones complicadas y queremos hacer todas las cosas al mismo tiempo nos sentimos desbordados,  sin darnos cuenta que nuestros límites eran mayores de los que pensábamos. No debemos perder el sentido de la realidad y entrenarnos en la paciencia, la calma y la disciplina.

Dejémonos llevar y volvamos en algunos momentos a la niñez. Entre el mundo del  ayer y la realidad del hoy, la competitividad es buena, pero debemos equilibrarlo todo para no caer en ambiciones desmesuradas, dejando las cosas claras pero sin exaltarnos ni llevarnos disgustos.

Procuremos actuar de manera correcta y sin perjudicar a nadie, pasando página de una vez por todas, pero sin olvidar que no estamos solos en el mundo.

Nuestras vidas
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