viernes. 29.03.2024

La no política

Vivimos en la época de los noes a las cosas , a las situaciones, emociones, personas y personajes, que solo hacen reafirmar , como en el caso de “LA NO POLÍTICA”, la existencia de la misma, aunque desgraciadamente, la veamos y la sintamos como escasa y pobre.

No hay ocasión en la que los salvadores de nuestra Patria, o algunos  contertulios que de todo lo saben pero que nada entienden finalicen un análisis o una opinión apuntando, responsabilizando o culpabilizando de todo aquello que es criticable, a los políticos, por su incapacidad, su falta de dedicación y compromiso. Tal vez en la mayoría de las ocasiones estén retratándose  o hablando de “LA NO POLÍTICA”.

Quizás olvidando que cada uno de ellos y ellas, no son sino un reflejo humano e individual de la propia sociedad, que es un gran error recurrir a la falsa generalización, y que terminamos proyectando nuestras ausencias y presencias, contando todo lo que vemos e imaginamos.  

 Quizás tenemos los mejores políticos pero la peor organización o los peores con las mejores leyes. Abundan mucho los ambiciosos sin objetivos, los  falsos líderes sin escrúpulos, los que no conjugan otros verbos  que permanecer a toda costa, y suelen ser más protagonistas de una película de terror que de una novela de aventuras.

 LA NO POLÍTICA, nos lleva a un camino de la mediocridad, sosteniendo una falsa generalización, de “todos son iguales”. Una gran mentira que incrementa el desapego respecto a los políticos que cada vez se extiende más en nuestra sociedad. 

 El último  barómetro del CIS señala el  Coronavirus como el principal problema de la sociedad española, a los que acompañan la crisis económica y la falta de soluciones para la misma, junto a los casos de corrupción. Si analizamos en profundidad descubriremos dos grandes problemas en la  POLÍTICA y en sus funciones primordiales.

Quizás el primero sea que gran parte de la población española no perciben a las instituciones ni a sus miembros como la solución a sus problemas, por tanto es un problema de  UTILIDAD, y el otro es de REPRESENTACIÓN, o lo que es lo mismo que una parte importante de la población se siente excluida del sistema político. 

Resulta curioso que hay ocasiones en los que en nuestra desesperación tendemos a pedir a la POLÍTICA, las cosas que no puede conseguir. Si analizamos, aunque por diferentes razones y orígenes PODEMOS, CIUDADANOS Y VOX, irrumpieron en la escena política, no solo para modificar el mapa sino la forma de hacer política, para bien o para mal.

A lo largo de los últimos seis  años, algunos de  los protagonistas de la POLÍTICA, la han convertido en un espectáculo  más que en un debate, en una banalización más que en una participación comprometida y activa de personas en el compromiso social y en la ideología y los contenidos.

En estos escenarios, anhelamos líderes que hagan POLÍTICA  con mayúsculas y reivindicamos que la misma, sea el vivo retrato de los que responden a las demandas y peticiones de los ciudadanos y no al político de carrera y profesión, que no hay quien lo desaloje del puesto ni con cazos de agua hirviendo, por eso las  dimisiones  nos impresionan y las celebramos como algo excepcional y regenerador.

LA NO POLÍTICA,  ha alimentado las políticas excluyentes, la aparición y el fortalecimiento de los populismos, la ultraderecha, de la  mano de que lo viejo no funciona y lo nuevo tampoco, por tanto ante el hartazgo de LA POLITICA, nos alejamos de la misma con la compañía de la frustración, la desmovilización y la abstención.

La no política
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