sábado. 20.04.2024

Nerea Camacho recoge su distinción

ALMERÍA.- La consejera de Hacienda y Administración Pública, María Jesús Montero, ha reivindicado el papel del Estado autonómico como “garante de la convergencia social y económica entre territorios” y ha destacado la contribución de las comunidades autónomas a la “democratización de la vida política”. En el acto institucional celebrado en Almería con motivo del Día de Andalucía, ha subrayado que son las autonomías, al asumir la provisión de los servicios públicos básicos como la educación o la sanidad, las que hacen efectivos esos derechos constitucionalmente reconocidos y por ello se han convertido en instrumentos clave para luchar contra las actuales “desigualdades e injusticias sociales”.

Durante su intervención, la consejera ha recordado el 28 de febrero de 1980, fecha en la que Andalucía demostró que “la defensa de la igualdad, la equidad y la solidaridad no son incompatibles con la defensa de una identidad propia, hoy día plenamente integrada y representada en España y en Europa”. En este sentido, ha apelado al espíritu de ese 28F ante los debates que se van a producir en 2014 y que tendrán gran incidencia “sobre nuestro futuro inmediato como sociedad”, en referencia al nuevo modelo de financiación de las comunidades autónomas y la reforma fiscal.

Montero ha defendido que la posición del Gobierno andaluz será “clara y firme” para que no se ponga en cuestión el modelo constitucional descentralizado del Estado por la vía de una “recentralización de facto”. Andalucía, según ha manifestado, reclamará un sistema de financiación “solidario y suficiente” acordado “multilateralmente” entre el Gobierno y las comunidades, que garantice la solidaridad efectiva entre regiones, asegurando un nivel mínimo en la prestación de servicios públicos fundamentales. Asimismo, ha señalado que el Gobierno andaluz estará siempre del lado del “progreso, la equidad y la libertad”, valores que representan sus señas de identidad.

En el acto con el que la Junta de Andalucía ha reconocido públicamente la contribución de personas, instituciones y organizaciones al bienestar y progreso de Almería, se han entregado insignias y banderas a andaluces y andaluzas que, en palabras de María Jesús Montero, “ponen lo mejor de sí mismos al servicio de nuestra tierra, de su cultura, de su idiosincrasia y de su riqueza” para hacer de Andalucía un lugar mejor “más solidario, más justo y vigoroso”. La consejera ha aludido a la “pasión” como el sentimiento y la emoción que mejor describe a cada uno de ellos y ha abogado porque “seamos capaces de contagiarnos hoy aquí del entusiasmo que derrochan, porque todos nosotros necesitamos de su fuerza, de su alegría y de su esperanza”.

En su discurso, la consejera se ha referido a los retos que afronta Andalucía en 2014 donde la dureza de la crisis seguirá muy presente “mientras que no seamos capaces de generar empleo y modificar nuestro modelo productivo y empresarial”. “Revertir la grave situación de desempleo” centrará todos los esfuerzos y los recursos, ha señalado, al tratarse del objetivo “absolutamente prioritario” del Gobierno andaluz. Asimismo, ha apelado a la defensa del Estado de Bienestar, que se mantendrá como “línea roja” por la que Andalucía seguirá “luchando y peleando” frente a la “austeridad a ultranza” que ha demostrado que ha traído consigo “mayor pobreza y desigualdad”.

Sonia Ferrer: la Igualdad, principio rector

La delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, Sonia Ferrer, ha señalado durante su intervención que “es conveniente recordar en estos momentos que la igualdad, como principio rector de la vida en democracia, estuvo en la base de nuestra voluntad autonómica y se convirtió, a partir del referéndum  andaluz, en el eje central de la configuración del Estado constitucional que ha venido asegurando una forma de convivencia entre los españoles” y ha destacado que “entre todos hemos construido un modelo de sociedad que, sin negar sus imperfecciones, está basado en la igualdad y un sistema público que garantiza a los ciudadanos que disfruten de las mismas oportunidades”.

Ferrer también se ha referido al Estado del bienestar, como una de las grandes conquistas históricas de la humanidad y a la apuesta inequívoca de Andalucía en la defensa de los derechos básicos de la ciudadanía andaluza. “El gobierno andaluz –ha señalado- quiere renovar públicamente en este día de Andalucía su compromiso de garantizar la sanidad universal, la educación y los servicios sociales a todos y cada uno de los andaluces y andaluzas. Las medidas que está  adoptando y las futuras leyes que aprobará  en los próximos meses blindarán, mantendrán y protegerán todas las conquistas sociales”.

Para la máxima representante de la Junta de Andalucía en Almería, “es cierto que el Estado Autonómico necesita adaptarse a los tiempos y buscar fórmulas eficaces para resolver los problemas de los ciudadanos sin duplicidades pero también sin crear un nuevo e indeseable centralismo” y que “la posición crucial de Andalucía, definida por el peso de su población y la extensión de su territorio, el pluralismo, la tolerancia y  las señas de identidad que nos caracterizan pueden  ayudar a alumbrar un renovado  y necesario pacto constitucional que siga la línea de desarrollo abierta por la Constitución de  1978 y cierre definitivamente la configuración de la estructura del Estado en un modelo federal”.

Asimismo ha afirmado que desde Andalucía se va a seguir tendiendo la mano a todos aquellos territorios que lo deseen y “estamos dispuestos a ser  una parte activa dentro de la territorialidad de España, siendo sumamente respetuosos con cada una de las identidades presentes en nuestro país”.

Distinciones

Este año las insignias han recaído en Emilio Campra Bonillo, entrenador deportivo; Luis Pastor Rodríguez (a título póstumo), arquitecto; María del Mar Hernández Tamayo conocida artísticamente como ‘María La Rabota’, bailaora; Alejandro Buendía Muñoz, investigador sobre temas etnográficos de la provincia; Nerea Camacho Ramos, actriz; Josefa Herrada Díaz (Fica), ejemplo de envejecimiento activo y Eduardo Escobar Massé, por su lucha por la justicia social.

La Junta también ha reconocido  el trabajo de tres colectivos a los que ha hecho entrega de la bandera de Andalucía. Se trata de la empresa familiar Rivaspunt, la Asociación SOS Bebés Robados Almería y la Asociación Inter-prode.

Sonia Ferrer ha señalado que todos los premiados  “son la avanzadilla de una sociedad que lucha por abrirse camino y reivindicar la libertad y la justicia. Necesitamos más que nunca esta capacidad de inventar nuevos horizontes. Vivimos un momento decisivo, una encrucijada histórica. Para hacerle frente, hemos de hacer valer nuestras conquistas históricas y saber mirar el futuro con confianza”.

Discurso institucional de la Delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería

La celebración del Día de Andalucía es un momento especial que nos invita, como hicimos hace 34 años, a fortalecer nuestro sentimiento de identidad y, a la vez, de igualdad y solidaridad. Nos llama a reiterar nuestra voluntad colectiva de conseguir una Andalucía autónoma en una España sin fronteras y sin egoísmos.

Conmemoramos la lucha del pueblo andaluz y su clara voluntad de construir un proyecto común. Nunca se debe olvidar que el referéndum del 28 de febrero de 1980  se convirtió en el símbolo de la lucha de Andalucía por su dignidad y constituyó la más clara expresión del anhelo de un pueblo por retomar su identidad, por recuperar su autoestima y por afirmarse como dueño de su destino. Aquel referéndum supuso el punto de partida de un proceso de modernización, que iniciado desde posiciones  muy desfavorables, ha transformado profundamente Andalucía.

Y lo celebramos hoy, un año más, mirando cara a cara a la realidad. Una realidad que persiste en mostrarnos su rostro menos amable en esta crisis económica, la más honda y prolongada que hemos padecido desde los inicios de nuestra autonomía.

Andalucía se enfrenta a una situación difícil con entereza y confianza, empleando todas las herramientas que tiene a su alcance para apoyar a quienes han perdido su empleo y a quienes lo buscan sin encontrarlo. A todos cuantos siguen padeciendo una prolongada paralización de muchos de sus proyectos. A quienes ven que muchas de las soluciones que se han venido proponiendo desde la Unión Europea, lejos de dar resultado, han venido a provocar nuevas y constantes recaídas. La crisis no puede socavar la fortaleza del pueblo andaluz para seguir luchando por la recuperación, sin sacrificar en esta lucha ni la solidaridad ni la igualdad de oportunidades conquistadas a lo largo de estas últimas décadas.

El  28 de febrero, es un buen día para recordar el nacimiento de nuestra Autonomía sin rendir tributo a la nostalgia, pero es también un día para reforzar nuestro compromiso con todos los andaluces y andaluzas que trabajan a diario para combatir las dificultades.Tenemos mucho que agradecer a los trabajadores y a los empleados públicos que con su trabajo están contribuyendo a la salida de la crisis; a los  empresarios que mantienen con gran esfuerzo miles de puestos de trabajo; a los emprendedores que ponen en marcha sus proyectos, a pesar de los obstáculos financieros.  A aquellos andaluces y andaluzas que buscan nuevas oportunidades en la formación. Todos ellos son un ejemplo de entereza y responsabilidad y nos marcan el camino a seguir en línea con el espíritu que inspiró nuestra lucha por la autonomía plena.

Es conveniente recordar en estos momentos que la igualdad, como principio rector de la vida en democracia, estuvo en la base de nuestra voluntad autonómica y se convirtió, a partir del referéndum andaluz, en el eje central de la configuración del Estado constitucional que ha venido asegurando una forma de convivencia entre los españoles. España se ha hecho desde la diversidad en la igualdad. Y en ese camino la lucha por la  Autonomía plena en Andalucía abrió la puerta para que todas las regiones de España pudieran transitar por la misma senda de autogobierno. Un camino que, aunque no haya estado libre de obstáculos, dificultades y tensiones, ha servido para alcanzar metas de progreso y de bienestar como nunca antes se habían dado en nuestro país y ha facilitado la construcción de la cohesión social y territorial.

Creo que ha quedado suficientemente demostrado a lo largo de todos estos años que las Comunidades autónomas han sido y son las herramientas imprescindibles para luchar contra las actuales desigualdades y contra las actuales injusticias sociales. Si valoramos la andadura de estas tres últimas décadas podremos comprobar que Andalucía dispone de un sistema educativo al alcance de todas las personas, tenemos una sanidad de cobertura universal y a la vanguardia de los mejores sistemas, y nuestros servicios sociales avanzan en prestaciones que alcanzan a un tanto por ciento muy elevado de la población que los necesita. Hemos contribuido a construir un modelo de sociedad entre todos que, sin negar sus imperfecciones, está basado en la igualdad y en un sistema público que garantiza a los ciudadanos que disfruten de las mismas oportunidades.

  No se trata de resistir, sino de conservar, de consolidar nuestro modelo de convivencia actualizando el consenso pero sin romper sus fundamentos más profundos.

Los tiempos de crisis son tiempos para reformar. Pero en esta voluntad de abrir caminos nuevos no deberíamos caer en el error de hacerlo sin grandes consensos sociales. La historia  de las últimas décadas  nos enseña  que solo las reformas que se han llevado a cabo con el consenso de todos han sido capaces de perdurar con éxito en el tiempo.

El Estado de bienestar es una de las grandes conquistas históricas de la humanidad. Un logro que es la suma de esfuerzos colectivos por promocionar el desarrollo económico, corregir situaciones de desigualdad y superar los desequilibrios internos. Por ello la apuesta de Andalucía es inequívoca  en la defensa de los derechos básicos de la ciudadanía andaluza. El gobierno andaluz quiere renovar públicamente en este día de Andalucía su compromiso de garantizar la sanidad universal, la educación y los servicios sociales a todos y cada uno de los andaluces y andaluzas. Las medidas que está  adoptando y las futuras leyes que aprobará  en los próximos meses blindarán, mantendrán y protegerán todas las conquistas sociales. Por eso creo que solo manteniendo esta dirección, sólo con reformas que consoliden y no destruyan el modelo social, seremos capaces de superar la crisis, crear empleo y mantener un sistema que siga garantizando la igualdad de oportunidades.

Nuestra responsabilidad no sólo es con nosotros mismos, sino hacia el conjunto de Estado Español. La lucha por la autonomía andaluza fue, sobre todo, una lucha contra cualquier tipo de discriminación y privilegios, una forma de garantizar la igualdad de todos los españoles,  vivan donde vivan. En 1980, los andaluces hicimos de la solidaridad entre los pueblos de España el camino para preservar la paz social y política en el marco de una democracia representativa.

 El debate territorial que hoy ha vuelto a tomar cuerpo no va a poder organizarse ni desde el extremismo ni tampoco desde el inmovilismo, sino desde el diálogo entre todos cuantos nos sentimos parte de este marco de convivencia que es España.

 Es cierto que el Estado Autonómico necesita adaptarse a los tiempos y buscar fórmulas eficaces para resolver los problemas de los ciudadanos sin duplicidades pero también sin crear un nuevo e indeseable centralismo.  En estos momentos en los que se perciben claras intenciones de recentralización de los techos competenciales del Estado Autonómico junto a  evidentes intentos de soberanismo secesionista, Andalucía no va a quedar al margen del debate. Todo lo contrario, la posición crucial de Andalucía, definida por el peso de su población y la extensión de su territorio, el pluralismo, la tolerancia y  las señas de identidad que nos caracterizan pueden  ayudar a alumbrar un renovado  y necesario pacto constitucional que siga la línea de desarrollo abierta por la Constitución de  1978 y cierre definitivamente la configuración de la estructura del Estado en un modelo federal.

Desde Andalucía podemos y debemos  ayudar a impulsar ese modelo razonable y eficaz de organización territorial del poder político, que sea  integrador y plenamente respetuoso de las legítimas diferencias del pluralismo territorial, sin merma de la igualdad en las posiciones básicas de toda la ciudadanía; un modelo que sea ampliamente compartido y funcione como marco común de convivencia, propio de una comunidad unida en la diversidad.  En consecuencia, desde Andalucía vamos a seguir tendiendo la mano a todos aquellos territorios que lo deseen y estamos dispuestos a ser  una parte activa dentro de la territorialidad de España, siendo sumamente respetuosos con cada una de las identidades presentes en nuestro país.

La madurez de una sociedad tiene su más vivo reflejo en la participación, en la vertebración social y la capacidad de organización en torno a intereses y retos colectivos. En Andalucía hemos aprendido a abordar los problemas desde el diálogo y el espíritu de colaboración. De este modo, hemos hecho, de la concertación con empresarios, sindicatos y Gobierno el instrumento más eficaz para elaborar nuestras políticas económicas y sociales y anudar con fuerza el lazo social. Todo ello ha redundado en una Andalucía más competitiva, más innovadora y más cohesionada social y territorialmente.

En el espacio de una sola generación Andalucía ha cambiado, obligada a hacer el camino de modernización más tarde y también más deprisa. Esa es la principal causa de que nos encontremos con luces, y también, con sombras. La Andalucía de hace treinta y dos años era una tierra desarticulada, sin apenas infraestructuras del transporte ni equipamientos sociales. Uno de cada cuatro andaluces trataba de encontrar su sustento en la agricultura y el 15% de la población andaluza mayor de 16 años era analfabeta. Solo dos de cada diez mujeres en edad de trabajar formaba parte de la población activa y buena parte de nuestra gente había abandonado su tierra para encontrar oportunidades que aquí no tuvieron.

Hoy afortunadamente aquella realidad ha cambiado y también las actitudes del pueblo andaluz. Pero el cambio cualitativo más importante de Andalucía en estos años de autonomía es, sin duda, el que tiene que ver con las personas, con la formación y la autoestima de los andaluces. Aumentando ambas, hemos conseguido cambiar estructuras sociales.

El ejemplo más sobresaliente es la incorporación de la mujer a la actividad económica, social y cultural. Hoy tenemos entre nosotros ejemplos de mujeres excelentes en diversos ámbitos de la vida pública: desde la investigación y la universidad, el mundo de la judicatura, la empresa, la acción solidaria y la creación artística. Sus trayectorias tienen un denominador común: la dura y constante lucha por la igualdad real entre hombres y mujeres. Una dinámica en la que Andalucía no puede retroceder ni un solo paso. Sin igualdad una sociedad no puede prosperar.  Mi felicitación a Josefa Herrada Díaz (Fica), luchadora incansable por el saber, por su ejemplo de superación y modelo excepcional de que la educación es un proceso que dura toda la vida.

La creatividad nos enriquece como pueblo y abre Andalucía y Almería al mundo. Hoy premiamos tres formas diferentes de hacer cultura y que condensan la capacidad expresiva de esta tierra. Felicidades a Nerea Camacho Ramos, cuya trayectoria artística la ha convertido, pese a su juventud, en embajadora  de esta tierra almeriense a través de las cámaras y los focos. A María la Rabota, bailaora de casta, por la difusión del flamenco por toda Europa través de la creación y la enseñanza y a Alejandro Buendía Muñoz por su dedicación a la recuperación y difusión del patrimonio etnográfico de la provincia.

 

Para avanzar hacia una economía más competitiva y con capacidad de generar empleo, Andalucía se ha dotado de un entorno de innovación que apoya el desarrollo de una cultura emprendedora y promueve la generación e incorporación de conocimiento a la actividad productiva. Hoy reconocemos  la trayectoria de Antonio Rivas Gallardo, creador de la empresa familiar Rivaspunt, por su  capacidad de emprender, de buscar nuevas oportunidades en el medio rural y de incorporar la innovación a su empresa para mejorar lo que hace y así poder competir en mercados exteriores.

        La solidaridad es junto a la lucha por la libertad y la igualdad otro de los pilares  que ha caracterizado la trayectoria de nuestra tierra a lo largo de su historia como pueblo. Quiero felicitar a la Asociación Inter-Prode y a sus profesionales  por su labor  en defensa de la infancia y los menores vulnerables y por su afán de integrarlos en  la sociedad a través del empleo y de actividades generadoras de desarrollo económico y social en zonas rurales.

        El impulso y el desarrollo de la Autonomía andaluza han  coincidido con el  impresionante despegue  económico de nuestra provincia y con el retorno de muchos de nuestros hombres y mujeres que en su día hubieron de tomar  el camino de la emigración a otros países para buscar el pan y el sustento que esta tierra no les daba. Allí dejaron su contribución profesional al desarrollo de esos pueblos,  pero también  muchos de ellos impulsaron espacios solidarios,  de atención a los inmigrantes y a sus hijos,  y se comprometieron en la lucha por las libertades en España. Felicito a Eduardo Escobar Massé por su implicación en la conquista de un mundo mejor y por su incansable conciencia social.

Y felicito también a las personas que componen la asociación SOS Bebés Robados de Almería, porque han hecho visible la injusticia cometida; organizado actos para ayudar económicamente en las exhumaciones; recopilado información y creado una importante base de datos, entre otras actuaciones, en definitiva por su búsqueda sin tregua de la verdad, la justicia y la reparación.

 

        La rica tradición democrática de Andalucía y de Almería está plagada de valores de justicia, de solidaridad, de universalidad, de compañerismo, de esfuerzo, de pasión por hacerlo bien, que han dado a esta tierra sus propias señas de identidad y han hecho de nuestros hombres y mujeres referentes  de valores humanos, de amistad  y profesionalidad. Felicidades a Emilio Campra Bonillo, deportista y maestro de deportistas almerienses, por su vida dedicada al deporte y a los valores del compañerismo, esfuerzo y juego limpio. Y felicidades a los familiares y amigos del arquitecto Luis Pastor Rodríguez y mi reconocimiento póstumo por su brillante trayectoria profesional, cargada de valores humanos y de cariño por esta tierra. 

 

       

Todos nuestros premiados  son la avanzadilla de una sociedad que lucha por abrirse camino y reivindicar la libertad y la justicia. Necesitamos más que nunca esta capacidad de inventar nuevos horizontes. Vivimos un momento decisivo, una encrucijada histórica. Para hacerle frente, hemos de hacer valer nuestras conquistas históricas y saber mirar el futuro con confianza. 

Se ha abierto un nuevo tiempo en Andalucía  donde la movilización social entendida como agitación cívica, como continuado protagonismo ciudadano, como afirmación colectiva,  ha de ser un ingrediente imprescindible del nuevo proyecto andaluz de progreso. Avanzar en el futuro de Andalucía, en su proceso democrático y en la resolución de los actuales problemas,   requiere inexcusablemente una demanda nítida de la sociedad, una participación activa, crítica y creativa de la ciudadanía andaluza. Asimismo requiere reafirmar nuestros valores y virtudes cívicas, especialmente una ética ciudadana de ejemplaridad pública  y privada,  de transparencia,  que vincule sin marcha atrás el progreso material que lleva consigo la modernización con la construcción de una sociedad más justa y más habitable para todos.

 

Ya termino. Quiero hacerlo haciendo mías unas palabras que tomo prestadas de quien fuera el líder político que impulsó en nuestra tierra la autonomía plena para Andalucía. Me refiero, naturalmente a Rafael Escuredo cuyas palabras,  pronunciadas en su investidura como Doctor Honoris Causa de la Universidad de Almería asumo plenamente:

 

 “Repensar Andalucía, levantarse, renacer y trabajar para nuestro propio engrandecimiento es la tarea común a la que todos los hombres y mujeres de nuestra tierra estamos convocados. Por ello entiendo que debemos seguir laborando por un Estado autonómico que sea fiel a los principios de igualdad, justicia social y solidaridad entre todas las Comunidades Autónomas, ya que ello supondrá el progreso de España, y todo lo que sea bueno para ella, lo será también para Andalucía. Y que debemos hacerlo en el marco de un mundo donde la economía esté al servicio del hombre, y no de los mercados. Donde la política vuelva a ser lo que siempre fue: el ágora donde mujeres y hombres libres, elegidos democráticamente, que no tecnócratas suplantadores de la voluntad popular, alcen su voz en beneficio de la ciudadanía en su conjunto”.

 

Muchas gracias y feliz día de Andalucía.

Montero reivindica en Almería el papel de las autonomías
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