jueves. 28.03.2024

Entrada al asentamientos cuyo desalojo y derribo ha ordenado el Ayuntamiento



Médicos del Mundo ha advertido este viernes de las consecuencias del desalojo de más de 250 personas para el derribo de 120 infraviviendas ordenado por el Ayuntamiento de El Ejido (Almería) "complica hasta límites extremos la vida" de los afectados y "agrava aún más" su situación ya que "puede perjudicar gravemente la salud, en especial la de niños y niñas" al no dar ninguna alternativa habitacional.

"De día, los utilizamos para recoger nuestras verduras en los invernaderos a bajo coste y de noche los abandonamos a su suerte", ha criticado en un comunicado Sofía Gallego, miembro de la junta directiva de Médicos del Mundo en Andalucía que trabaja desde hace más de una década en el Poniente almeriense dando asistencia sociosanitaria.

Gallego, quien ha indicado que el asentamiento en el paraje Chozas de Redondo sobre el que se ha ordenado la demolición es conocido como 'Almericien', ha recordado las "dificultades que ya de por si" tienen las personas que allí residen para poder acceder a recursos sociales y sanitarios y, por tanto, la situación en la que les deja ya que no se les da opción a un realojo.

"Tras más de una década recorriendo los asentamientos precarios en El Ejido y otras zonas de la provincia, sabemos que no son lugares para vivir, y menos con menores, pero la solución no puede ser derribar lo poco que tienen de un día para otro sin ninguna alternativa", ha afirmado Gallego.

Al hilo de esto, ha destaca especialmente el riesgo para la salud infantil que suponen estos procesos, "cuando la infancia debería recibir una especial protección", como ha recordado al aludir al Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas que afirma que el derecho a una vivienda adecuada debe aplicarse a todos los niños y niñas, sin distinción ni restricción de ningún tipo, tampoco por origen o procedencia.

"Como en el caso de las demoliciones de casas y colegios en Palestina, que ocurren de un día para otro, los niños y niñas que viven en los asentamientos precarios almerienses se levantan cada día sin saber si a la noche tendrán un techo que les abrigue. Las consecuencias psicológicas que les genera esa incertidumbre y ese miedo son terribles", ha concluido.

En el comunicado, Médicos del Mundo detalla que las infraviviendas que habitan influyen directamente en la salud y el bienestar general de las personas que van desde la insalubridad debida a la falta de canalizaciones para la evacuación de agua y de acceso a agua potable, a las deficiencias en la ventilación o la calefacción. Todo ello, según subraya la ONG, provoca problemas físicos desde respiratorios hasta dermatológicos, pasando por alteraciones en el sueño producidos por la amenaza de desalojos.

"A ello se añaden las dificultades sanitarias propias de este contexto, con problemas de acceso a la atención sanitaria por la distancia que hay entre los asentamientos y los centros médicos. Las personas migrantes que viven en dichos asentamientos tienen más posibilidades de padecer trastornos de la salud mental y sufren patologías serias por los efectos del consumo de agua contaminada por pesticidas en su salud. Todas estas consecuencias se agravan en el caso de los mejores y dificultan su desarrollo físico y mental", según explica.

Añade, en esta línea, que es "más perjudicial todavía que una vivienda en malas condiciones la falta de ella" y subrayan que esta es la situación a la que quedan abocadas las familias expulsadas tras la decisión del consistorio ejidense.

"Las instituciones públicas deben intervenir para dar soluciones a estas precarias condiciones de vida que atentan contra los derechos humanos. Sin embargo, en lugar de actuar para mejorarlas, se les priva de lo poco que tienen", subraya.

PROGRAMA EN ALMERÍA

Desde 2008, Médicos del mundo Almería lleva a cabo un proyecto enfocado a la intervención socio sanitaria a personas migrantes residentes en los asentamientos precarios de la provincia de Almería. Una de las zonas donde se trabaja asiduamente es la zona del poniente almeriense ya que la población africana que reside en las zonas de invernaderos sufre en un gran porcentaje altas tasas de segregación y dificultad para acceder a una vivienda digna.

Los sitios donde habitan suelen ser cortijos entre invernaderos, pisos compartidos en donde viven de manera hacinada, naves abandonadas, chabolas construidas con maderas y plásticos, muchas veces sin luz ni agua potable.

El programa y los recursos de los que dispone Medicos del Mundo, como la unidad móvil y un equipo personas formado por técnicos y voluntariado, permiten el acercamiento y el contacto directo con la población migrante directamente en el lugar donde residen.

La unidad móvil se desplaza de forma periódica a cada uno de los asentamientos, donde realizamos apoyo psicológico y prevención de enfermedades, incluidas las de transmisión sexual, entre otras acciones. También acompañamos a estas personas a los servicios sanitarios y sociales siempre que es necesario, ofrecemos talleres formativos y les ofrecemos herramientas que disminuyen el riesgo de padecer enfermedades mentales. Todas las actividades se realizan gracias a la colaboración de un equipo de voluntariados formados en diferentes disciplinas.

Existe, asimismo, estrecha colaboración con el Distrito Sanitario Poniente para atender casos concretos tales como personas con riesgos de abandono terapéutico por no poder costear sus tratamientos médicos, personas sin tarjeta sanitaria, personas con VIH, o cobertura de lactancia artificial para madres con VIH.


--EUROPA PRESS--

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