sábado. 20.04.2024



El Informe Regional sobre Gestión Sostenible del Medio Marino Andaluz de 2018, que elabora la Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible, ha reflejado un descenso en los varamientos de cetáceos y de tortugas, que fueron 130 y 49, respectivamente, cifras que representan una bajada de un 14,5% y de un 42% en 2018 respecto a 2017.

Respecto a las tortugas marinas, 2018 ha sido el año que menos varamientos se observan (48) desde que se comienza el seguimiento en el 2008. La especie de tortuga marina más frecuente en el litoral andaluz siempre es la tortuga boba (Caretta caretta) con más del 90%, seguida de la tortuga laúd (Dermochelys coriacea).

Cádiz y Huelva son las provincias que mayor número de tortugas marinas registraron desde la puesta en marcha del servicio de emergencias (2008-2018), según ha informado la Junta de Andalucía en una nota.

La respuesta a este llamativo descenso es compleja, ya que la costa andaluza tiene casi 1.000 kilómetros y tres áreas bien diferenciadas en cuanto a ecología y presencia de amenazas: Golfo de Cádiz-sudatlántico; área del Estrecho y Mar de Alborán; y Levante almeriense. Es en la primera donde se mantiene esta tendencia a la baja.

En el Levante no es perceptible y en el Estrecho-Alborán las fluctuaciones son muy altas. En el Golfo de Cádiz sí podríamos estar hablando de un buen resultado, siendo importante ahora estudiar si el dato se corresponde con una menor interacción pesquera en el área.

Las corrientes juegan un papel fundamental en la llegada de tortugas muertas a la costa y en esta zona las dominantes son de este a oeste, por lo que el origen de estos animales muertos podría ser también portugués.

Y en el caso de los cetáceos, fueron las provincias de Málaga, Cádiz y Almería las que mayor número de ejemplares vararon. Durante los últimos once años se han atendido un total de 3.072 varamientos, 1.665 fueron de cetáceos (54%) y 1.407 (46%), de tortugas marinas.

La media anual de varamientos de cetáceos es de 148 animales y durante 2018 se han registrado 130 de cetáceos, con una media mensual de 10,8 ejemplares. Las especies que han varado con más frecuencia son: el delfín listado 42% (Stenella coeruleoalba), el delfín común 22% (Delphinus delphis), y el delfín mular 8,5% (Tursiops truncatus), aunque hay que tener en cuenta aquellos delfínidos que, por el avanzado estado de descomposición que presentaron, no pudieron ser identificados (13%), pero compatibles con delfines listados o delfines comunes.

Hay varamientos de especies muy inusuales y/o raras como un cachalote enano (Kogia sima), dos rorcuales tropicales (Balaenoptera edeni) y un ejemplar de Zifio de true (Mesoplodon mirus), el primer registro de esta especie en Andalucía. UN SERVICIO QUE ARRANCA EN 2007

El servicio de emergencias frente a varamientos de tortugas y mamíferos marinos se inicia el último cuatrimestre de 2007 para realizar un seguimiento con atención veterinaria de los animales vivos; recuperar y reintroducir al medio natural, siempre que sea posible; valorar las causas de muerte de los cetáceos varados muertos, con especial atención a aquellas muertes de delfines listados (Stenella coeruleoalba) y calderones (Globicephala melas) relacionados con el último brote epizoótico causado por DMV (Dolphin Morbillivirus) detectado en el Golfo de Valencia en 2007.

El Equipo de Emergencias frente a varamientos se encuentra activo los 365 días del año. Los avisos se canalizan a través del 112, que se pone en contacto con el teléfono de Emergencias del Medio Marino que, a su vez, comunica la incidencia al equipo técnico provincial que se encarga de organizar el trabajo en función del tipo de actuación a realizar. Es recomendable no tocar estos animales cuando los encontramos en la playa, avisar inmediatamente al 112 y esperar a que llegue el equipo veterinario especialista.

Todas las tortugas varadas vivas, así como aquellos mamíferos marinos que, a juicio del Equipo veterinario, puedan ser recuperables, son trasladados a un CEGMA o Centro de Recuperación Colaborador de la Consejería (tortugas, focas y pequeños cetáceos) o bien a una zona acotada (grandes cetáceos), para diagnosticar los procesos patológicos que presentan y administrar el tratamiento veterinario adecuado para procurar su recuperación y posterior reintroducción en el medio natural. En caso de muerte se realiza el estudio anatomopatológico del animal: necropsia e histopatología).

En cuanto al seguimiento sanitario, entre el 2008-2018 se llevaron a cabo 450 necropsias a 15 especies de cetáceos diferentes en toda Andalucía para averiguar las causas de muerte. Durante 2018 se llevaron a cabo 45 necropsias, cuyas causas de muerte aún se analizan.

En cuanto a los cetáceos llegados con vida a la costa, se registraron 180 cetáceos, 20 durante el 2018, concretamente: 9 delfines listados, 4 delfines comunes (Delphinus delphis), 1 rorcual aliblanco, 1 zifio de True (Mesoplodon mirus) y 5 delfines en los que no se pudo confirmar la especie. En todas las ocasiones se activó el protocolo de atención a varamientos, pero en ningún caso se pudo salvar la vida de los animales.

Entre los casos más llamativos sobresale el hallazgo de un ejemplar adulto de delfín mular en el río Guadalquivir, a la altura de Sevilla. El ejemplar fue remolcado por los GEAS hasta el puerto de Sevilla, y su necropsia fue realizada en el muelle del puerto. Se trató de una hembra adulta que presentaba lesiones compatibles con una muerte por causa de origen natural relacionada con un animal de edad avanzada.
--EUROPA PRESS--

La Junta constata el descenso en el varamiento de cetáceos y tortugas en un informe de...
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