miércoles. 24.04.2024

Degustación de insectos en la UAL

ALMERÍA.- El profesor del departamento de Bilogía y Geología de la UAL Fernando García Barroso lleva años trabajando con insectos para acuicultura en su grupo de investigación, pero se confiesa reacio a probarlos. “Nunca los he comido. Es verlos y se me cierra el estómago”, apunta. Todo lo contrario que los adolescentes que hoy han participado en la degustación de insectos organizada por García Barroso, estudiantes de secundaria que han acudido con sus profesores a ésta y otras de las actividades programadas en la Semana de la Ciencia, que se celebra estos días en la UAL.

Sobre una mesa dispuesta en el hall del Aulario IV había bandejas con gusanos (de dos tipos, más pequeños y más gruesos), saltamontes y grillos. Todos ellos convenientemente limpios –el profesor los había tenido a dieta de lechuga y manzana y luego en agua durante varias horas para que expulsaran cualquier resto- y fritos en aceite de oliva. También había bombones de chocolate con leche y de chocolate blanco pero rellenos de crujientes gusanos o grillos. En poco más de media hora, apenas quedaban unos cuantos insectos sobre las bandejas. Todos los demás habían sido “devorados” con gusto por los adolescentes. “La verdad es que saben a pipas”, decía uno, mientras se metía en la boca un puñado de gusanos. Otro añadía: “Pues a mí me parece que los saltamontes saben a pollo”. “Los más asquerosos son los gusanos gordos, que están blanditos por dentro y estallan en la boca”, decía una chica, con gesto de asco.

En realidad, como explicaba Fernando García Barroso, comer o no insectos es, básicamente, una cuestión cultural. “Para los occidentales, las langostas son una exquisitez y, sin embargo, se alimentan de restos del fondo marino. En la actualidad, más de 1.900 millones de personas tienen en los insectos una parte fundamental de su dieta porque son una fuente riquísima de proteínas. Muy posiblemente, en veinte años, todos los hayamos incorporado a nuestra dieta porque los humanos somos para el planeta una especie de plaga y no hay alimentos para tanta gente”, explicaba este investigador a los alumnos.

Fernando García Barroso se mostraba también sorprendido por el éxito que ha tenido esta degustación. “Creía que no los iba a probar nadie y fíjate, apenas han quedado unos pocos”, decía al recoger las bandejas. Mañana, a partir de las 12:00 h. –y hasta que duren los insectos- habrá una nueva degustación de gusanos, grillos y saltamontes.

En veinte años, los insectos formarán parte de nuestra dieta diaria
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