martes. 23.04.2024

Entre todos los aceros que se usan en la industria, algunos de ellos se diferencian de los demás por ciertas características particulares, orientadas a resolver las demandas de su propia aplicación.

En esta ocasión entonces, queríamos detenernos en más de una característica de acero para muelles, a fin de conocer cuáles son las prestaciones tan particulares que requiere esta clase de acero, y por qué no puede confundirse con otras, o podrían generarse problemas de gravedad.

En principio, el acero para muelles destaca por cualidades muy particulares que son comunes en estos aceros aleados para la construcción, como su gran elasticidad, la resistencia al esfuerzo, la amortiguación y absorción de los impactos que pueden llegar a producirse, etc.

Asimismo, existe algún que otro acero para producción de muelles cuya composición química original ha sido alterada atendiendo a búsquedas particulares.

De más está decir, eso sí, que todos los aceros para muelles coinciden en su resistencia a la corrosión, asegurando no sólo el menor mantenimiento posible, sino también la mayor durabilidad a lo largo del tiempo, reduciendo así los costes relativos de las obras, y ampliando los márgenes para recuperar las inversiones realizadas en este sentido.

Otra característica de acero para muelles es su versatilidad, dado que se aprovecha para producir arandelas, resortes y otros elementos capaces de soportar fuertes presiones durante largos períodos, lo que nos lleva a resaltar su plasticidad, también ante condiciones climáticas adversas.

El tratamiento definitivo del acero para muelles no es menor importante que su composición ya que por ejemplo, cuando hablamos de resortes, su superficie debe ser completamente lisa, estar mecanizada, no presentar rayones ni desniveles que puedan redundar en accidentes.

Una parte imprescindible de ese tratamiento es el térmico, que consiste en la austenización del acero en temperaturas altísimas, sobre los 800° C, para luego someterlo a un endurecimiento en líquido caliente, que puede ser agua o aceite, y más tarde templarlo según lo demande.

Estos aceros tienen una composición de carbono que, de media, se ubica entre el 0,4% y el 0,95%, utilizándose con frecuencias en industrias como las de fabricación de chasis para vehículos y otros elementos que el automovilismo precisa para la absorción de la energía cinética.

En resumen podemos decir que, comparado con otros aceros habituales, el acero para muelles sobresale por su resistencia y la posibilidad de retener la tensión hasta sus límites de elasticidad, deformándose cuanto haga falta, para regresar a su posición original al aliviar la carga, sin sufrir deformaciones permanentes, sino recuperando su aspecto inicial en segundos.

En los últimos tiempos, ha crecido en igual proporción la adopción de las láminas de acero para muelles, que repite la resistencia a la corrosión no magnética y aumentada, el calor y el frío, y que tiene relevancia en casos como las tiras de acero para muelles, si bien no llega a los valores de elasticidad de los aceros que componen, justamente, esos mismos muelles.

¿Cuáles son las principales características del acero para muelles?
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