No parece que la gestión de la concejala María Muñiz vaya a ser muy ejemplar a juzgar por los numerosos frentes que tiene abiertos. A los líos con la Policía Local, donde no consigue poner orden, se sumaron las protestas vecinales por sus ocurrencias en los cambios de líneas del autobús urbano y ahora también son los trabajadores de Surbús quienes muestran su descontento.
Sin embargo, lo peor de todo no es que haya problemas laborales en esta o aquella plantilla sino que ni siquiera se reconozcan, entre otras cosas, porque la concejala ni se ha molestado en dar largas al comité de empresa de Surbús para mantener un encuentro, según ha denunciado el sindicato CSIF. Y si ni siquiera se ha dado este primer paso difícilmente nadie puede creer que se esté buscando una solución.
Tal vez por eso, para que se entere de que hay problemas en la casa, los de Surbús han decidido convocar movilizaciones, sin descartar la huelga, con lo que los perjudicados no serán la señora Muñiz o los concejales del equipo de gobierno sino el resto de vecinos.
El no atender a los vecinos o colectivos con problemas que llaman a la puertas del Ayuntamiento capitalino parece un mal de este equipo de gobierno del Partido Popular, porque ciertamente esta queja de que 'ni siquiera nos responden a una petición de reunión' ya se ha oído antes con otros ediles como Carlos Sánchez o Manuel Guzmán. En fin que aunque en Surbús apelen como ya hicieron otros antes a la intervención del alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, que se vayan olvidando porque éste tiene más los pies en Madrid que en su ciudad. Así, los vecinos de Almería se encuentran más huérfanos que nunca.
