La delegación de la Junta de Andalucía en Almería va a celebrar su particular 28F mediante un acto en el que va a reconocer la labor de la juez decana de El Ejido, Ana Fariñas Gómez por su actuación ante los desahucios. Hay que recordar que esta jueza decidió suspender todas las ejecuciones hipotecarias tramitadas en el juzgado que dirige, a la espera de que el Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronuncie sobre la posible incompatibilidad del procedimiento de ejecución hipotecaria con la directiva europea sobre claúsulas abusivas para los consumidores. Con su decisión aporta su particular granito de arena ante una situación irracional que están viviendo demasiadas personas en este país ya que al menos su juzgado paraliza cualquier posible desahucio. Al final están siendo grandes gestos particulares los que están motivando pequeños cambios frente a unos políticos que se muestran indiferentes ante los reclamos de esta sociedad.
La jueza ha tenido este recurso legal para expresar su rebeldía sin chocar con la obligación que tiene de cumplir con lo que de ella, como magistrada, se espera. Pero no todo el mundo puede. Un bombero gallego se negó hace unos días a cortar la cadena con la que miembros de la Plataforma contra los desahucios habían cerrado el portal del edificio donde se pretendía proceder a un nuevo desahucio con una señora de 85 años como protagonista. En esta ocasión está por saber si sufrirá una sanción por su comportamiento.
Lo cierto es que sin pretender ser héroe, la política entendida como 'actividad de quienes rigen o aspiran a regir los asuntos públicos' no está a la altura de la demanda social y ante la falta de una consulta pública donde nos podamos expresar estamos poco menos que obligados a intervenir para que esto cambie.
El Debate sobre el Estado de la Nación acaba de concluir y con la que está cayendo hemos visto una vez más como los problemas de sus señorías se anteponen a los de los ciudadanos porque si hay un principio de acuerdo en algo es en terminar con la corrupción que tanto les desacredita, pero ni en como acabar con los desahucios o el desempleo hay acercamiento, que es lo que más profundamente afecta al ciudadano, ahora también indignado con los chanchullos de los políticos.
