Mariano Rajoy cree que el final de la crisis está cerca y aunque como visionario ya se ha visto que no es muy bueno, -en su programa aseguró que no iba a subir los impuestos y casi es de las primeras cosas de las que ha tirado para sanear las cuentas-, se atreve a poner como fecha finales de este año o principios de 2014. Asegura que se han hecho muchas reformas pero aún queda mucho por hacer y miedo da porque si es cierto que se empieza a generar empleo para finales de año habrá que ver quién y cómo se accede a esos puestos de trabajo y en qué condiciones. Las cartas han cambiado y mucho.
En épocas de vacas gordas empresas de gran tamaño y de las que se presupone solvencia han tirado de dinero b para pagar a sus trabajadores y aunque muchos puedan ver en estas prácticas una usura desmedida, que en algunos casos seguro que es así, también habría que preguntarse si la riqueza y el trabajo que han generado hubieran sido posibles de haber sido más diáfanas en sus cuentas. Con ello no se trata ni mucho menos de animar a la práctica de los sobres y la doble contabilidad, pero sí habría que preguntarse si el sistema de recaudación de impuestos es justo, equilibrado y sobre todo, si convence el uso que de los mismos se hace en aras del beneficio de todos, porque ya se ve que a nadie le gusta pagar.
Pero volviendo al tema de la vuelta al trabajo, si en momentos de pleno empleo se han realizado prácticas poco ortodoxas, ahora y con una ley tan flexible, ¿qué podemos esperar?. Es tanta la necesidad de encontrar un empleo con el que garantizar un mínimo de ingresos que el nivel de exigencia del trabajador, en estos momentos está bajo mínimos. Asi las cosas habrá que exigir un mayor control para que nadie se salte una reforma laboral a la que ya hemos cedido más de un derecho conquistado.
En este contexto y a pesar de que los jóvenes están siendo los más desfavorecidos en la crisis, es más que probable que sean los primeros en encontrar un empleo pero el Gobierno tendrá que idear la manera de dar una salida a todos esos trabajadores entrados en edad con larga experiencia aunque probablemente obsoletos para los nuevos tiempos. Después de un impasse de varios años, ¿alguien les va querer rescatar?. El final del túnel parece estar cerca, ahora está por ver que nos espera en la nueva travesía.
