sábado. 20.04.2024

Dicen que en el país de los ciegos, el tuerto es el rey. Y tal vez eso haya pensado el alcalde de Almería para atreverse a acudir a un foro en Bruselas y hablar del casco histórico de Almería, no del lamentable estado en el que se encuentra, sino de su buena gestión. Creerá Luis Rogelio Rodríguez Comendador que dado que es más que probable que nadie de quien le escuche conoce en profundidad la situación del centro de esta ciudad, él tendrá el campo allanado para poder vender y presentar a su antojo las bonanzas del casco antiguo. Porque tal vez en su mente tenga muy bien perfilado como quiere que éste sea, pero si a la realidad nos atenemos el casco histórico de Almería está bastante lejos de ser modelo de nada para nadie y menos aún su gestión, porque ni los Juegos de 2005 sirvieron de revulsivo para llevar a cabo una transformación singular y todos los pasos que se dan van más que lentos.

Será que quiere aprovecharse del desconocimiento ajeno o que sencillamente tiene muy poca vergüenza política, porque sino no se entiende. Curiosamente, si hay algo que ha movilizado a la población almeriense, de la que siempre nos quejamos que es demasiado benevolente y poco reivindicativa, ha sido precisamente su casco histórico, para el que se reclaman constantemente mejoras tanto en limpieza, urbanismo como en recuperación de patrimonio y actividad. Y aquí se ponen de acuerdo todos ya sean amantes de la cultura, empresarios hosteleros, comerciantes, vecinos que han apostado por vivir en esta zona o el resto de almerienses que reconocen la importancia del centro en una ciudad y de su patrimonio.

Si nos atenemos a la nota de prensa en la que describen este viaje singular del alcalde, éste parece que se centrará en futuribles, -aunque se hayan dado algunos pasos aquí ya conocemos la rapidez municipal-, como el Centro de Interpretación Patrimonial de Almería o la Escuela de Eco-restauración. Seguro que no se le ocurrirá hablar del Museo de Semana Santa o de la rehabilitación de la Casa Consistorial.

Si el alcalde tiene experiencia de algo es de anunciar grandes infraestructuras que nunca llegan a buen puerto y culpar a las malas relaciones institucionales de sus fracasos como ocurre con el soterramiento o El Corte Inglés.

La ocurrencia del primer edil no sólo sorprende a la oposición, sino que nos deja a todos boquiabiertos.

El casco histórico de Almería, en Bruselas
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