jueves. 28.03.2024

Cuesta trabajo escuchar por boca del PP, de su secretario provincial, Javier Aureliano García, la pasividad con la que reciben sentencias que condenan a gentes de sus filas. Con un lacónico 'las sentencias están para cumplirlas' se quita de en medio y espera que el alcalde de Cantoria, Pedro Llamas, cumpla con la sentencia del Tribunal Supremo, sobre la que ya no cabe recurso alguno, que le condena a una pena de dos años de prisión y 23 meses de inhabilitación para desempeñar un cargo público por los delitos de falsedad en documento público y omisión del deber de perseguir delitos. Pero si la sentencia es firme ya no hace falta que el PP empuje al edil a dejar el banco porque es la propia Justicia la que se lo ha retirado, lo que el Partido Popular si puede hacer, y ya está tardando, es echar de sus filas a un sujeto que ha dicho que tardará poco para tomar una decisión sobre si abandona la política o espera a que pase este proceso de inhabilitación para volver a la carga. Francamente, parece mentira que tenga nada que pensar. Y resulta más lamentable aún que pueda querer pactar con la dirección del PP una retirada callada para encabezar a la vuelta de dos años una candidatura por este municipio.

Aunque la Justicia establezca tiempos de condena, una mala administración a sabiendas como se desprende de algunas coletillas que aparecen en los dictámenes judiciales debería ser suficiente para que una persona no osara un segundo intento pero más aún para que un partido las tuviera en cuenta y no volviera a caer en el error de dejar una administración en manos de quien ya ha demostrado no sabe o no quiere hacer bien las cosas.

Este PP al que tanto le gusta hacer cribas en partidos ajenos ante la menor sospecha de actitud irregular, resulta demasiado comedido cuando la rotundidad de hechos poco lícitos queda demostrada en una sentencia judicial. Ya tuvimos antes el caso del alcalde de Somontín, al que le abrieron la alfombra del Grupo Mixto para seguir gobernando mientras recurre o en Zurgena, donde tampoco importa que haya un concejal condenado si de esta manera se consigue mantener el gobierno local. Todo un ejercicio de cinismo que ni la oposición es capaz de aprovechar.

Alcaldes del PP condenados