miércoles. 24.04.2024

Aunque cada vez hay una mayor conciencia sobre la necesidad de separar los residuos para de esta manera poder darles una nueva vida, a veces puede resultar engorroso disponer en casa de tantos recipientes para depositar los distintos residuos que posteriormente vayan a los contenedores gris, amarillo, verde… pero este pequeño trabajo individual supone hacer un gran servicio a nuestro entorno, por lo que hay que alejar la tentación de recoger todos los desperdicios en una única bolsa. Además, es más fácil de lo que parece. Basta con tener algo de ingenio y practicidad. Por ejemplo, en un mismo cubo se pueden introducir dos bolsas y de esta manera separar los residuos que van al contenedor de resto y los envases que van al contenedor amarillo.

Como explica Ecoembes, la organización sin ánimo de lucro que coordina el reciclaje de envases domésticos en España, reciclar los envases conlleva ahorrar materias primas, energía, agua y reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Y, además, genera nuevos puestos de trabajo y tejido industrial.

Cuando un vecino recicla sus envases, hace que éstos se conviertan en otros envases o en otros productos. De esta manera, se alarga su vida útil y se ayuda a la preservación de los recursos naturales.

Por ejemplo, ¿sabías que con 6 briks recicladas a través del contenedor amarillo puede fabricarse una caja de zapatos? También, con 80 latas de refresco, una llanta de bicicleta. Y con hasta 22 botellas de plástico recogidas de los contenedores amarillos, una camiseta. 

Y para que todo esto sea posible, sólo hay que depositar diariamente los envases de plástico, latas y briks que consumamos en el día a día en el contenedor amarillo más cercano que el Ayuntamiento de Níjar pone a disposición de los vecinos.

Piezas para mobiliario urbano como bancos, bolardos, vallas, parques… material de construcción, como suelos…, piezas de automoción, láminas de cobertura, film de embalaje y tuberías de riego de baja presión para agricultura o fibra textil, además de nuevos envases para bebidas o conservas son algunas de las aplicaciones más habituales a las que se destinan los residuos de envases domésticos ligeros que depositamos en el contenedor amarillo tras ese pequeño esfuerzo realizado desde las casas.

De un gesto tan simple, obtenemos grandes beneficios medioambientales, sociales y económicos.

Un pequeño esfuerzo, para un gran servicio
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