De esta forma, hasta el 15 de diciembre, los dos contenedores de La Mojonera habilitados para ello, en la calle Naturaleza y la avenida de Europa, convertirán en alimentos cada kilo de vidrio que reciban, motivo por el que desde el Ayuntamiento de la localidad se ha querido animar a los vecinos a participar. “Durante todo el año es importante que depositemos los residuos en sus contenedores correspondientes, caso de los envases de vidrio, pero además durante estos días el incentivo es doble, ya que no solo ayudamos al medio ambiente, sino que estamos ejerciendo una labor solidaria para llevar alimentos a los que más lo necesitan esta Navidad”, ha destacado el alcalde, José Miguel Hernández, que presentó los contenedores esta semana.
En España son 39 los municipios participan en esta acción, en los que se habilitarán un total de 170 contenedores ‘solidarios’ para animar a reciclar vidrio y ayudar a los Bancos de Alimentos.
Reciclado de vidrio en La Mojonera
Según los últimos datos relativos a 2019, los habitantes de La Mojonera reciclaron un total de 61 toneladas de envases de vidrio, lo que supone que cada habitante recicló de media 6,8 kilos anuales. Una cifra que desde el Ayuntamiento se quiere seguir aumentando, al igual que con el resto de residuos, para lo que se trabaja en la implantación de nuevas medidas de fomento del reciclado entre los vecinos.
Respecto a la tasa de contenerización, La Mojonera se sitúa con una media de 204 habitantes por contenedor, contando con un total de 44 iglús para los residuos de envases de vidrio instalados.
Beneficios medioambientales del reciclado de vidrio
El vidrio que se deposita en los contenedores se recicla al 100% y se utiliza para la fabricación de nuevos envases, de forma indefinida y sin perder las propiedades originales.
Según destaca Ecovidrio, reciclar vidrio es un elemento clave en la lucha contra el cambio climático. Al usar calcín – vidrio reciclado – en la fabricación de nuevos envases se evita la extracción de materias primas de la naturaleza, evitando la erosión de los suelos y la deforestación de nuestro entorno. Además, se minimiza la emisión de CO2 en el proceso de fabricación, se ahorra energía y evitamos el crecimiento de los vertederos.