martes. 23.04.2024

Elena Torres, teleprensa.com Almería

La Feria de Almería 2019 deja un amargo sabor de boca a todos. Si uno pone la oreja y busca opiniones del público, tanto por estratos de edad como por gustos o preferencias, todos la critican y lo peor, le dan la espalda. Para ello no hay más que constatar las ‘calvas’ que presentan los distintos actos programados, ya sean festejos taurinos como festivales nocturnos. 

La gente añora las casetas, los ambigúes de la mañana que recorrían las principales arterias del centro de la ciudad y donde se difuminaba la barra de la calle con el bar de al lado, y las casetas de noche que llegaban a ocupar más extensión que las atracciones de feria que, a día de hoy, son el único atractivo para las familias. Hasta la feria taurina ha visto reducido al mínimo su ‘semana’ y ya ni lucen los palcos floridos de la gente ‘vip’, con lo que mucho me temo que las afamadas meriendas irán desapareciendo. Los conciertos nocturnos, más de lo mismo, se han reconvertido en minifestivales que, a pesar del nivel de los artistas y salvo alguna excepción, no han dejado sino un aforo con más espacios en blanco que ocupados. Eso si, en ellos no suelen faltar un buen porrón de concejales, seguramente para dar fe del correcto funcionamiento del espectáculo, claro que éstos no pasan por caja. Y ése es precisamente uno de los grandes errores de esta feria: el precio ¿Alguien puede considerar popular una entrada a un espectáculo por 42 euros que asciende a más de 80 si la adquieres con camiseta incluida y sitio preferente? 

La feria de Almería es popular sí, del Partido Popular, porque el pueblo llano tiene francamente muy difícil poder salir más de un día si no es para darse un paseo por ella. Es tal el declive que nadie se reconoce en ella y apesta a exclusivismo y postureo. 

Me gustaría saber cuál es el papel del Ayuntamiento de Almería en la organización de la feria más allá del de reforzar los servicios de limpieza o ayudar en el montaje. Empiezo a dudar hasta que haya sido bueno el transporte cuando el concejal de Cultura destaca como un ‘logro’ de esta edición el que los taxis hayan hecho su particular ‘agosto’. Da la sensación que el Consistorio haya puesto únicamente el escenario, Almería en fiestas, para que cada iniciativa privada se busque la vida y trate de sacar rendimiento a su negocio particular. 

De verdad, de una feria se espera que sea accesible, especialmente a los bolsillos, que anime a la gente a salir y divertirse de una manera en la que no puede hacerlo el resto del año, por lo tanto que le permita acudir a conciertos, por ejemplo, si no gratis como hay en tantísimas ciudades sí al menos a un precio testimonial. El Ayuntamiento de Almería tiene que empezar a gestionar mejor e invertir en las fiestas centrales de la ciudad.

Una feria, ‘popular’
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