viernes. 19.04.2024

Las elecciones de Madrid han proclamado una nueva lideresa. En esta comunidad más que ganar el Partido Popular ha ganado Isabel Díaz Ayuso. Suya fue la ocurrencia de convocar elecciones y suya la estrategia de como presentar la campaña electoral, en la que Pablo Casado no ha tenido un gran papel, como tampoco lo tuvo en el discurso de la renovada presidenta de la Comunidad madrileña cuando salió victoriosa a agradecer los votos recibidos. Ya saben su lema de “Madrid es España y España Madrid”, con lo que no extrañaría a nadie que ella como gran vencedora iniciara ahora una escalada para hacerse con La Moncloa.

La noche electoral despejó otras incógnitas. Como vaticinaban las encuestas, Ciudadanos se queda sin representación en la Asamblea y sigue en la senda de la desaparición. Tan identificados como se sienten con el PP, el votante no termina de entender la necesidad de votar a otro grupo.

Vox, por su parte, parece haber llegado a su techo electoral aunque la representación que ostenta  en estos momentos se prevé que aún pueda durarles un tiempo. El PP ha conseguido acercar el voto de centro pero tiene difícil aglutinar a la extrema derecha que, por otro lado, no parece con mucha intención de gobernar con lo que su papel se reduce a ser esa voz que muchos quieren escuchar. Bien mirado, para el PP es una gran ventaja contar con una fuerza que no quiere intervenir en el gobierno, que absorbe las voces más crispadas y ostenta una representación “controlada”, de esta manera pueden volcarse más en ese centro que es el que, al final, da los mejores resultados a los partidos.

La izquierda ha sufrido la derrota más dura y especialmente el PSOE que deja de ser el primer partido de la oposición, superado por Más Madrid. Los socialistas deben hacer un exhaustivo análisis de situación porque están cada vez más desdibujados con los partidos que han surgido a su izquierda y que todo apuntan han venido para quedarse. En Madrid no tienen lider. El cabeza de lista, Ángel Gabilondo, por muy amable que resulte su figura tiene un discurso que no ha conseguido calar en la población, además de que en estos dos años en la oposición apenas se le ha visto, por tanto deberían plantearse seriamente buscar un relevo que comience a trabajar y a generar ilusión porque apenas tienen dos años para revertir la situación. Y mucho me temo que esto lo debe hacer no sólo en la capital sino también en otras comunidades, como Andalucía, donde está muy cuestionada la figura de Susana Díaz como líder que pueda arrebatar el poder a Juanma Moreno al frente de la Junta. Esperar para decidir un candidato es perder tiempo en consolidar esa figura sobre la que volcarse para dar la vuelta a los resultados electorales.

Mónica García, la representante de Errejón en la capital, ha conseguido arañar cuatro escaños más y afianzar la marca Más Madrid, tiene margen para crecer especialmente si el PSOE sigue atascado en apoyarse en el marketing para lanzar figuras en vez de crear partido. 

Pablo Iglesias, por su parte, es otro de los grandes damnificados de estas elecciones. Dejar la vicepresidencia del Gobierno español para únicamente conseguir tres escaños más para Podemos que se queda como última fuerza política en la capital no da para mucho. Su liderazgo se encuentra dañado desde hace ya demasiado tiempo y, por fin, parece haberse dado cuenta de que el problema es él, no sólo para su partido, que ha ido perdiendo a sus grandes referentes, sino también para la política española que se ha polarizado en extremo y ha afianzado a la extrema derecha. A pesar de ello, hay que reconocerle su sinceridad al proclamar “que no contribuyo a sumar” y decida irse y abandonar tanto los cargos orgánicos como institucionales, porque lamentablemente es difícil de ver comportamientos así en este país en el que todos se aferran al cargo.

Nueva lideresa en el PP
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