viernes. 29.03.2024

Contradicciones de la pandemia

"Si no hubiera directrices comunes, nadie hubiera pedido, desde fuera, la dimisión del consejero de Murcia por ponerse delante a la hora de recibir la vacuna"
Elena Torres
Elena Torres

Menuda panda tenemos al frente de las instituciones. Si hasta ahora, para muchos, pasaba desapercibido el ‘nivelazo’ de nuestros políticos, -porque la política no parece estar en el foco de atención del ciudadano que algo anestesiado asiste al teatrillo que representan como si éste no les afectara en sus vidas-, la pandemia ha puesto demasiado el foco sobre ellos y me temo que es difícil que puedan pasar desapercibidos. 

Así, estamos viendo cómo quienes negaban la necesidad de un estado de alarma tan largo en el tiempo, ahora piden que éste sea incluso más severo con el ciudadano, al que quieren ver más tiempo en su casa pare frenar los contagios. Mira por donde aquí parece que no hay recetas distintas para aplicar según el signo político. Sin embargo, sí resulta más chocante que dentro de una misma formación haya ‘medicinas’ tan contrapuestas como ocurre en el PP: mientras la presidenta de Madrid no está dispuesta a cerrar la hostelería, su colega de Andalucía no tiene ningún reparo y todo cierre se le queda corto. Lo que resulta muy difícil de asumir es el discurso de quien está por encima de ambos que a la vez quiere complacer a los dos y dar el mando al Gobierno central sin que pierdan poder las autonomías. Vamos un enredo mayúsculo que ni él ni su entorno es capaz de explicarnos a todos.

Otra cosa que ya empieza a chirriar por todos los costados es ese discurso de que hay 17 formas de abordar esta pandemia porque el presidente del Gobierno central no quiere asumir esa responsabilidad. El ejemplo más claro ha sido la vacuna. Si no hubiera directrices comunes, nadie hubiera pedido, desde fuera, la dimisión del consejero de Murcia por ponerse delante a la hora de recibir la vacuna, ya que esta autonomía podría haber dispuesto colocar a los políticos como primeros beneficiarios, sin embargo parece que el revuelo ha sido tan grande que incluso le ha costado el puesto no sólo a él sino a otros que han actuado de igual manera. Luego todo hace pensar que algún criterio común a todos sí hay.

A nivel de Almería, mejor no comentar. Tenemos al frente a una delegada del Gobierno de la Junta de Andalucía que no para de regañar a la población por el crecimiento de contagios, después de ser pillada de ‘fiesta’ sin mascarilla con un grupo de amigos y a un delegado de Salud que se confiesa asustado. Vamos para salir corriendo. Que les voy a decir, pero yo no me pondría en manos de un cirujano al que le temblara el pulso si me tiene que abrir en canal y el mismo reparo me produce un político que tiene que tomar decisiones en mi nombre y se declara asustado. Creo que más de uno debería replantearse si no está en el sitio equivocado y le viene grande el puesto.

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