Los gendarmes formados por iniciativa europea, que sufrieron en agosto su peor atentado en Mali, dan seguridad como "policía de proximidad"
MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El proyecto europeo GAR-SI Sahel para la creación de unidades policiales en el seno de las gendarmerías de seis países africanos ha sufrido recientemente el peor atentado contra sus efectivos, perdiendo la vida 15 uniformados en Mali, 13 de ellos pertenecientes a grupos formados por la Guardia Civil, lo que para esta institución pone de relieve los desafíos a los que se enfrenta la misión en la "puerta de entrada" a Europa.
"Son decisiones de los representantes políticos de la Unión Europea competentes en la materia, pero el Sahel está en el primer orden de la estrategia geopolítica y la Unión Europea sabe de la importancia", responde el comandante Pedro Jiménez Ortigosa al ser preguntado por Europa Press sobre el riesgo de que Afganistán, como foco creciente de inestabilidad y de acogida de grupos terroristas, deje en un segundo plano a la zona del Sahel.
"No es comparable; el Sahel siempre estará como zona de interés geoestratégico, es la puerta a Europa", sostiene el responsable de Personal y Formación del GAR-SI Sahel, un proyecto europeo que deja desde 2017 un "balance positivo", como demuestra que los países beneficiarios sigan reclamando la formación de unidades, con la posibilidad de lanzar una tercera fase.
GENDARMES QUE RECIBEN FORMACIÓN ESPECÍFICA
Uno de los aspectos más reseñados en la vuelta de los talibán al poder en Afganistán tras 20 años de intervención militar bajo el liderazgo de EEUU ha sido la nula capacidad de resistencia por parte del ejército local, al que se ha formado y dotado de material con ayuda, entre otros países, de España.
"Aquí hay una selección previa, son gendarmes que pasan unas formaciones exigentes que algunos de ellos no superan", apunta este oficial de la Guardia Civil para subrayar que cada país tiene sus características propias y que, en el caso del GAR-SI Sahel, se trata de un proyecto de "policía de proximidad" que, en su inicio, fue "único en el mundo" y que ahora se quiere imitar o extender a otras zonas.
"Consiste en crear unidades mediante la realización de varias formaciones, dotación de material específico y monitorización de esas unidades, para así poder controlar el territorio", explica a modo de resumen.
Parte de la base de crear "hermandad" entre todos los implicados: Mali, Burkina Faso, Níger, Mauritania, Chad y Senegal. Para ello cuentan con la formación por parte de la Guardia Civil y los cuerpos equivalentes de Francia, Italia y Portugal. "Todos los integrantes de las unidades van a la misma lucha y todos se sienten identificados con el proyecto y, como está dando buenos resultados, se sienten orgullosos", indica, poniendo en valor la posibilidad de potenciar las actuaciones transfronterizas.
Una vez formadas y equipadas las unidades GAR-SI, que deben "garantizar la presencia del Estado" en zonas aisladas y fronterizas, los países africanos cuentan con policías especializados, pero siendo ellos "soberanos y con capacidad autónoma" para decidir sobre su despliegue. "Van a garantizar todavía mucha más seguridad", apunta, oponiendo los atentados sufridos con los que se evitan, para lanzar un mensaje optimista: "Se conseguirá la dispersión de los elementos terroristas".
DE VISITA EN LA ZONA EN EL ÚLTIMO ATENTADO
Gran conocedor de la zona, el comandante Jiménez Ortigosa se encontraba en Bamako cuando perdieron la vida 15 uniformados nativos en una emboscada en las inmediaciones de Hombori el 19 de agosto a manos de uno de los grupos terroristas que operan en la zona, sobre todo, en la triple frontera formada por Mali, Burkina Faso y Níger. La Guardia Civil mostró sus condolencias por estos hechos.
"Prácticamente a diario hay acciones terroristas sobre unidades territoriales, ya sean ejército, policías o gendarmerías", indica este oficial, que sitúa en unas cinco las acciones registradas contra efectivos del GAR-SI, unas unidades a imagen del Grupo de Acción Rural (GAR) de la Guardia Civil, que tuvieron un papel clave en la lucha contra ETA.
"Este atentado sí ha sido el más virulento de todos", continúa Jiménez Ortigosa, que sostiene que, hasta ahora, las bajas se situaban en una media de tres efectivos por cada atentado. El comandante no rehuye que el riesgo es latente, pero pone en valor que la capacidad de respuesta también ha mejorado: "La mayoría de gobiernos a través de sus unidades GAR-SI han sabido repeler ataques y han conseguido sobreponerse consiguiendo que los terroristas huyan de la zona; eso hace unos años era impensable".
MÁS DE 1.700 GENDARMES FORMADOS
Los resultados, monitorizados pormenorizadamente por el proyecto bajo la dirección de un general de división de la Guardia Civil, propician que desde las instituciones europeas, atendiendo a las peticiones de los países africanos, se baraje lanzar una tercera fase para seguir formando unidades.
Pese a problemas derivados con la Covid, el proyecto deja un balance de 1.740 gendarmes --13 unidades-- especializados en la respuesta sobre el terreno, con conocimientos en cuestiones como policía judicial, tirador de precisión, desactivación de explosivos, protección del medio ambiente o manejo de drones y blindados, así como en materias relacionadas con el respeto de los derechos humanos.
Las unidades luchan contra todo tipo de tráficos ilícitos, entre ellos el de las mafias y redes de inmigrantes, con resultados visibles en el "freno" de las rutas desde Mauritania y también, en menor medida, en Senegal.
Su labor resulta clave en zonas rurales alejadas porque ofrecen seguridad en el comercio o para cuestiones tan básicas como el acceso a colegios o búsqueda de aguas en los pozos, contribuyendo con su presencia al desarrollo de la zona. "Todo eso es porque tiene un condicionante de policía de proximidad, verdaderamente se ha cambiado la vida", destaca este mando de la Guardia Civil.
