sábado. 20.04.2024

JAÉN, 5 (EUROPA PRESS)

La mujer asesinada en Arroyo del Ojanco (Jaén) en abril de 2019 dejó un cuaderno en la que relataba, entre otras cuestiones, cómo se sentía en su matrimonio y en la que aparecen dibujos en los que representó a su marido como un "monstruo" en actitud amenazante frente a ella que aparece como un ser minúsculo y encogido ante los supuestos gritos del que ahora se sienta en el banquillo de la Audiencia de Jaén como presunto autor de su muerte violenta.

El entorno de familiares y amigos más próximos de Toñi, de 37 años, ha declarado ante el jurado que juzga el caso que había "problemas" en la pareja y que ella meses antes de morir ya había mostrado su deseo de separarse. "A ver si encuentra el Dios de no gritar", ha manifestado un testigo para referirse a lo que le dijo la víctima, que se quejaba de las voces que profería el acusado para dirigirse a ella.

Ha sido su tía la que ha señalado que su sobrina le contaba episodios en la que el acusado le gritaba y se mostraba violento, aunque nunca le relató agresiones físicas hacía ella, pero sí hacia la hija pequeña de la pareja, de 4 años, a la que como el propio acusado reconoció ante el tribunal, golpeó con una toalla porque se estaba portando mal, lo que dejó marcas en la piel de la menor.

La tía, la última persona con la que habló Toñi antes de ser asesinada, ha declarado que el acusado con "su comportamiento radical" fue "aislando cada vez más" a su sobrina y la fue "anulando" como mujer. Ha añadido que su sobrina le dijo que tenía decidida la separación, pero que tenía que ir "poco a poco".

Ha apuntado que al principio pensaron que la muerte de Toñi había sido natural por un ataque al corazón y que quedaron en "shock" cuando tres meses después conocieron que había sido estrangulada. "Mi sobrina no se merecía eso y lo único que queremos es que se haga justicia", ha dicho la tía de Toñi.

El círculo de amigas más estrecho de la fallecida también ha señalado que conocían que "la relación no era buena", que ella estaba "cansada" de las continuas discusiones, de "los gritos" y de que él la "machacara" diciendo que era "una mala madre" y "una mala mujer" hasta el punto de que "a penas salía ya del cortijo donde vivían". Asimismo, han apuntado a que el comportamiento del acusado con su hija no era "correcto" y que vieron fotos de cómo quedó la piel de la niña cuando le pegó con "una toalla mojada".

Para el círculo más próximo de Toñi, el acusado vivía como "un mantenido" al que no le faltaba apoyo por parte de la familia de la fallecida y así fue hasta que en marzo de 2020 el juez ordenó su detención como presunto autor de la muerte violenta de su mujer. Todos los testigos han coincidido al destacar "la frialdad" del acusado cuando se supo que habían descubierto el cadáver de su mujer.

En el otro punto, también han declarado amigos del acusado que lo han definido como una persona "incapaz de nada", que no decía palabrotas y al que han definido como un "buen padre". El acusado se declaró inocente en su declaración ante el jurado y ha mantenido que cuando salió de la casa dejó a su mujer en la cama después de que pocas horas antes hubieran incluso mantenido relaciones en una convivencia que ha calificado de "buena" y con las discusiones "típicas" de pareja.

Fiscalía reclama para el acusado una pena de 23 años de cárcel por el asesinato de Toñi. Además de la pena de prisión, el Ministerio Fiscal solicita la prohibición de aproximarse y comunicarse con su hija y los padres de la víctima durante los diez años siguientes a la duración de la pena que resulte impuesta. También se pide que participe durante cinco años en talleres de lucha contra la violencia sobre la mujer y de adquisición de perspectiva de género.

En lo que respecta a la responsabilidad civil, Fiscalía solicita que indemnice a su hija en 100.000 euros y en otros 100.000 euros para los padres de la víctima por los daños morales causados con la muerte de su única hija. A todo ello se ha sumado la Junta de Andalucía que ejerce la acusación popular.

En el escrito de calificación provisional del Ministerio Público, recoge que el acusado inició una relación sentimental con la víctima en 2012. En 2014 tuvieron una niña y en 2015 se casaron. Relata que hasta el nacimiento de la bebé, la relación era "buena", pero a partir de ese momento las cosas cambiaron y comenzó el aislamiento social de la víctima que dejó incluso su trabajo como profesora de inglés.

Las discusiones fueron en aumento. Ella le reprochaba que se gastara gran parte del dinero en enviarlo a Senegal donde vivía la familia del acusado y él amenazaba con llevarse a la niña a su país si ella no aceptaba darle más hijos. Según Fiscalía, la actitud de él hacía ella se tornó "déspota" hasta el punto de "anularla como mujer".

El 5 de abril de 2019, en presencia de la madre de la víctima, se produjo "una fuerte discusión" en la que el acusado "gesticuló y alzó los brazos en actitud de superioridad hacia su esposa". Esa noche ella decidió poner fin a la relación y así se lo comunicó su tía en una conversación telefónica.

Horas más tarde, en la madrugada del 6 de abril de 2019, el acusado aprovechando que su mujer dormía y se encontraba "indefensa", "con el ánimo de acabar con su vida le causó de manera violenta la muerte por asfixia mecánica por compresión extrínseca del cuello". En el momento en el que ocurrieron los hechos, la niña, de cuatro años, dormía en una habitación contigua.

Esa mañana, el acusado salió de la casa y según su versión inicial dejó a su mujer con vida, pero las pruebas determinaron meses después que a la hora a la que supuestamente la vio por última vez ya llevaba varias horas muertas.

Fue el padre de Toñi el que encontró el cadáver de su hija en la cama. Su marido había salido de la vivienda horas antes del hallazgo para viajar a Jaén capital y someterse a unas pruebas para el certificado de aptitud profesional.

Los servicios médicos no certificaron la causa del fallecimiento, por lo que se activó el protocolo judicial e intervino la Comisión Judicial del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Villacarrillo (Jaén), que entonces incoó diligencias previas.

Durante el levantamiento del cadáver y la posterior autopsia, tanto los agentes de la Unidad Orgánica de Policía Judicial como los forenses apreciaron señales y marcas compatibles con una muerte violenta.

No obstante, quedaba pendiente el estudio de las muestras biológicas y las evidencias recogidas durante la inspección técnico ocular por el Instituto de Medicina Legal, con el objetivo de establecer el mecanismo de la muerte y su etiología criminal.

La detención del marido no fue inmediata. En un principio, la causa de la muerte quedó pendiente de lo que dijera la autopsia y el 8 de mayo el Juzgado de Villacarrillo decretó el sobreseimiento provisional a la espera de todos los resultados solicitados al amparo de la autopsia. Tres meses después del fallecimiento, el 24 de julio llegó el informe de la autopsia en el que se determinaba que la muerte había sido de naturaleza violenta.

La investigación terminó en marzo de 2020 con la detención y el ingreso en prisión provisional del marido de la víctima como presunto autor del asesinato y donde ha permanecido a la espera de la celebración del juicio.

Para este miércoles está previsto que prosiga el tercer día de juicio en la Audiencia de Jaén con la declaración de los peritos, entre ellos los forenses.

La mujer asesinada en Arroyo del Ojanco dibujó a su marido como un "monstruo" del que...
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