MADRID, 5 (EUROPA PRESS)
El Marco de Coordinación, una coalición de partidos y milicias proiraníes de Irak, ha expresado su apoyo a un "camino constitucional" para solucionar la crisis política, incluida la celebración de elecciones anticipadas reclamada por el destacado clérigo chií Muqtada al Sadr.
"El Marco de Coordinación afirma su apoyo a todo camino constitucional para abordar la crisis política y satisfacer las necesidades de la población", ha señalado la coalición a través de un breve comunicado publicado a través de su página web.
Así, ha recalcado que entre estas opciones figura "la celebración de elecciones anticipadas tras lograr un consenso nacional en torno a las mismas y teniendo en cuenta que exista un ambiente seguro para llevarlas a cabo".
"Todo esto debe estar precedido por un trabajo para respetar las instituciones constitucionales y no alterar su trabajo", ha dicho el Marco de Coordinación, en referencia a la ocupación de la sede de la Cámara Baja por parte de seguidores de Al Sadr, líder del bloque Sayirún.
En esta misma línea se ha expresado el principal cargo de la coalición, el ex primer ministro Nuri al Maliki, quien indicó en su cuenta en Twitter que ceñirse a los mecanismos legales es "la única opción" y que las nuevas elecciones deben estar libres de "procesos de intromisión".
Al Sadr abogó el miércoles por disolver el Parlamento y convocar nuevas elecciones tras tras meses de bloqueo político a raíz de las legislativas, que llevó a los parlamentarios de Sayirún a retirarse del Parlamento en junio en protesta por las iniciativas de los partidos del Marco de Coordinación para impedir la formación de un Gobierno encabezado por esta formación.
Las parlamentarias de octubre de 2021, de carácter anticipado, fueron convocadas tras la grave crisis política en la que se vio sumido el país tras las masivas movilizaciones registradas en 2019, que forzaron la dimisión del Gobierno y la aprobación de una nueva legislación electoral.
Las protestas, que estallaron en octubre de 2019 y se saldaron con más de 550 muertos --según el balance oficial facilitado en julio de 2020--, supusieron una nueva muestra del desencanto de la población con la clase política ante los numerosos casos de corrupción, el mal estado de los servicios públicos y la crisis económica imperante en Irak.
