jueves. 28.03.2024

 

La particular CovidParty de la Junta de Andalucía con los datos de contagios por rebrotes, que saltan a redes sociales antes incluso de que sean públicos, empiezan a causar los primeros estragos en sectores estratégicos como el de la comercialización hortícola. El origen Almería puede verse seriamente dañado por el rechazo de los compradores a importar mercancías de zonas en las que supuestamente se están dando escalofriantes cifras de contagio, y sin entrar en el detalle de que se trate en la mayor parte de los casos de leves afecciones asintomáticas que no están requiriendo, si quiera, de hospitalización. A esta situación se une el acuerdo de arancel cero entre Reino Unido y Marruecos que presumiblemente entrará en vigor el uno de enero de 2021, y que podría saltar por encima la oferta hortícola española, cuando se trata de uno de los mercados que mejor cotiza los productos almerienses en origen.

Desde el supuesto mensaje de una coordinadora de “112 en Almería” difundido por redes en el que alerta de casos que triplican los ofrecidos por la Junta de Andalucía en su página oficial, con un “vamos a empezar a ser peor que fue Madrid”, a concejales del PP en pueblos en los que no gobiernan que acusan a su primer edil de “ser el foco” al tiempo que le conmina a dejarse de “tanto secreto”,  o que oficialmente se asuma que más de un 30% de las pruebas realizadas en algunos puntos de la provincia son o pueden ser erróneas, están poniendo en un serio aprieto a las empresas comercializadoras que ven cómo el cierre de programas de campaña se está convirtiendo en un verdadero quebradero de cabeza. “Si a mi el cliente final no me cierra el programa porque quiere esperar a ver cómo evolucionan las noticias, obviamente yo no puedo cerrar en España y mucho menos en Almería en estos momentos. Ahora bien, que sea miedo o una estrategia para negociar el precio con mayor presión aprovechando la que estamos liando nosotros mismos, eso ya es otro cantar, pero igual de grave”, afirman desde las comercializadoras para aclarar que “lo que si tenemos seguro es que el Covid no sobrevive en las frutas y hortalizas y mucho menos después de tres o cuatro días de trayecto, pero en eso nadie incide, y si esa verdad la entierras con centenares de informaciones o bulos que circulan por internet, y que nadie se equivoque que se traducen a todos los idiomas de países clientes, somos nosotros mismos los que estamos lanzando piedras sobre nuestro propio tejado”, afirma.

Es precisamente en estos momentos cuando las empresas comercializadoras y los brókeres independientes cierran con cooperativas, y productores en general, sus programas de compras de cara a la campaña que comenzará en los últimos meses de 2020 hasta la primavera de 2021. Entre los hechos que también aportan cierta incertidumbre está el desconocimiento sobre qué se recolectará este año, datos que proceden de la producción en los semilleros, y que son el primer indicador de la campaña futura. En el propio sector se justifican estas lagunas con el hecho de que este año todo se está aplazando en la medida de lo posible ante la inestabilidad general que, por otro lado, también es uno de los efectos colaterales de la Covid19.

La desinformación generada por el festín de datos locales de la pandemia que se dejan a la libre interpretación de cada provincia sin que exista un referente o mando único, están generando valoraciones totalmente variopintas que en manos de redes sociales plagadas de perfiles falsos, convierten el uso de esos supuestos datos en armas para las guerras políticas locales. Todo ello, a su vez, suma aún más trabas a la hora de cerrar acuerdos comerciales.

El hecho de que de la mayor parte de los casos que se han dado estén vinculados con plantaciones agrarias o zonas eminentemente productivas, como los 295 de Roquetas, 134 de El Ejido, 59 de Níjar o el rosario que les sigue de positivos en Adra, Berja o Pulpí entre otros, se ve seriamente agravado por avances de cifras de contagios que posteriormente son rectificados hasta en un 30% a la baja por fallos o poca fiabilidad de los test, pero esas rectificaciones llegan cuando el daño a la imagen global de la zona productora ya está hecho.

 

 

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