jueves. 25.04.2024

Pues atendiendo a lo que dice en su discurso, si gana Feijóo (PP) las próximas elecciones se acabó el aumento del sueldo mínimo interprofesional hasta equipararnos con el resto de los países europeos. Dicho sea de paso, principal motivo por el que nuestros jóvenes licenciados emigran, aunque sea para trabajar de camareros. Adiós a la ayuda de 100 euros por hijo de 0 a 3 años o a subidas de más del 8% de las pensiones. Si está en contra de este presupuesto, está claro que derogará todas estas medidas y presentará, en paralelo, un súper plan de inversión pública en infraestructuras. Y lo hará, sobre todo, porque es la forma de hacer llegar dinero a esas empresas a las que tanto deben y que luego te hacen una desaladora como la de Cuevas de Almanzora, que iba a terminar con la sequía en el levante almeriense pero nunca llegó a funcionar. Y sí, esas obras generarán empleo, pero mayoritariamente de inmigrantes, como los que puedes ver en cualquier trazado de carretera o tren en estos momentos, porque pocos nacionales quieren ese trabajo de sol a sol por un sueldo mínimo que a todas luces sigue siendo insuficiente.

Eso es lo que se puede perder, pero si le damos una vuelta a los Presupuestos Generales del Estado nos damos cuenta de dónde viene el dinero, que no es sólo del impuesto a la banca, sino que contribuye a ello el impuesto a las grandes fortunas a partir de un patrimonio neto de 3 millones de euros, frente a la rebaja del IRPF para las rentas hasta 21.000 euros. Viene del aumento del gravamen de las rentas del capital a partir de 200.000 euros, frente a la reducción de los módulos para los autónomos, o de la subida del Impuesto de Sociedades para las grandes empresas.

Es decir, volvemos a una política en la que por fin se vuelve a mirar a la clase media como motor, por el mero hecho de que es la más numerosa, la que sustenta al país, y se le cobra peaje a quienes viven del poder adquisitivo de esas clases medias, que son las grandes fortunas.

A las cuentas del Estado se le pueden dar muchas vueltas, y cada uno las va a mirar de un modo distinto, hasta el punto de que la derecha inglesa ya es diferente a la española. De hecho, mientras allí se niegan a bajar los impuestos a los ricos, que era la medida estrella de su nueva primera ministra, tal y como Juanma Moreno (PP) ha hecho en Andalucía, sus similares u homónimos en España, el PP, consideran un atentado que se les suba a los de aquí. Y claro, que también debe saberse, en este país nuestro hay mucho rico porque sencillamente aquí es barato serlo, en comparación con otros países de nuestro entorno.

El resumen de todo este lío de números tiene una única solución. Cada uno tiene que mirar sus cuentas en el banco y mirar si su saldo o su patrimonio es mayor a 3 millones de euros. Si es así, comprendo el odio que puedan tener a Pedro Sánchez, presidente del Gobierno, y a todos los que le rodean, pero si su cuenta o su patrimonio no llega a los 3.000.000 de euros, o el rendimiento de sus acciones en bolsa u ahorros no es mayor a 200.000 euros al año, estos rojos del PSOE se han convertido en sus mejores aliados mientras los independentistas vascos, catalanes y demás señalados como antiespañoles por Vox, sean capaces de apoyar y aprobar el presupuesto.

Y visto como está el panorama, con una guerra que no se sabe si va a acabar pronto o si aún no ha empezado de verdad, mejor tener detrás un gobierno al que no le duela dar el do de pecho en el gasto social, que a otro que nos quiera sumisos y controlados por mera pobreza, porque también es cierto que cuanta más hambre se siente, menos ganas de protestar te quedan.

¿Y si gana Feijóo?
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